Nuestra vida comienza siendo un embrión dentro del vientre de nuestra madre. Seguimos todo el proceso de gestación hasta finalmente convertirnos en un rollizo bebe. Somos carne de nuestros padres, ellos nos dieron la vida y nosotros la recibimos tal y como nos la entregaron, aceptando y adoptando patrones de comportamiento y pensamiento heredado, y soportando cargas que pueden dificultar nuestra vida.
La terapia de Constelaciones familiares saca a la luz las causas que provocan el sufrimiento, dando las pautas para su solución. Es una terapia que está siendo muy eficaz y se obtienen resultados sorprendentes y rápidos; ya que la persona que recibe la terapia es consciente del origen de esos conflictos ocultos cuyo origen está en la lealtad hacia los roles de su sistema familiar.
Pero, ¿Qué son las Constelaciones familiares?
Una Constelación familiar es una técnica terapéutica basada en la psicoterapia sistémica y desarrollada por el alemán Bert Hellinger, que trabajando en la zona inconsciente de cada persona, tiene como objetivo liberar a las mismas de aquellos anclajes negativos, llámense creencias, emociones o pensamientos que nos limitan y que, aun siendo conscientes de dónde erramos, repetimos constantemente esos patrones. Esto se debe a que detrás de estos comportamientos y pensamientos existe la relación que tienen con nuestra historia familiar, con las creencias de las generaciones pasadas.
Conclusión: no logramos los resultados esperados una y otra vez, y no actuamos como deseamos.
¿Cómo son las sesiones?
Las Constelaciones Familiares, normalmente, se realizan entre varias personas, sin que estas tengan vínculos que los unan; y, aunque la terapia se lleve a cabo entre varios individuos, no se trata de una terapia de grupo como tal.
En un mismo taller, se “constelan” entre 3 y 6 personas, dependiendo de la organización planteada por el constelador (terapeuta); y durante el taller, cada uno tendrá su turno de constelación, siendo cada turno de una hora aproximadamente. Aunque esto no es algo exacto, puesto que dependerá del inconsciente del constelado y de lo complicado de su “trauma”, por lo que la duración total del taller puede variar entre 4 a 7 horas (dependiendo de cuántas personas conformen el grupo y de su complejidad).
Durante la sesión
La persona a constelar describe brevemente su problema y el terapeuta hace preguntas para completar su relato, si así lo cree necesario. De forma secuencial, pide que elija entre el resto de las personas participantes del taller a algunas personas que pasarán a ser representantes de su historia.
Colocados en sitios físicos determinados y habiéndoles repartido el papel que representarán en la constelación, el terapeuta les pide que cierren los ojos, se concentren en su papel y sientan su cuerpo.
Trabajar en una constelación significa trabajar con una imagen interna relativa al pasado pero que evidencia el momento actual.
Habiendo finalizado el turno del paciente y tras unos minutos de silencio, comienzan a ver la luz de forma espontánea ciertas sensaciones físicas y sentimientos que guardan relación con las personas a quienes se representan y a su posición dentro del sistema familiar. El terapeuta les pregunta a los representantes cómo se sienten, y sus respuestas, le permiten percibir la estructura de la familiar y sus implicaciones. A continuación, comienzan a trabajar las frases sanadoras y rituales específicos hasta que los representantes se sientan bien.
El terapeuta busca el lugar que le corresponde ocupar para lograr la imagen de la solución, y, lograda esa imagen, el paciente ya puede formar parte de la solución.
Ahora es hora de la integración de lo visto y lo sentido durante la sesión, la cual se hará con ayuda del terapeuta. Además, el terapeuta debe asegurarse de que los representantes abandonen el rol adquirido durante la sesión.
En resumen
Los talleres de Constelaciones Familiares no se centran en la causa-efecto, sino se basa en recreaciones de imágenes o representaciones de las situaciones familiares y es una terapia que obtiene resultados con rapidez.
En una única sesión, salen a la luz aquellos desordenes, desequilibrios o cualquier cosa que pueda estar generando el problema.
A pesar de no tratarse de una terapia de grupo, se realiza un trabajo personal y grupal, todas las personas son partes activas de las constelaciones del resto. Además de esto, también se realiza un trabajo en todo el sistema familiar, ya que cuando un elemento que conforma el sistema realiza un cambio, todos los elementos vinculados sufren una recolocación para volver a encontrar el equilibrio.
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