10 Consejos para una persona con trastorno de la obsesión

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trastorno obsesivo

Cuando una persona se aventura a definir la palabra amor, automáticamente se le llena la boca de palabras bonitas, se suele definir como un sentimiento que te lleva a vivir un momento mágico o, como una de las experiencias más bonitas vividas, que se trata de un sentimiento puro que viene de nuestro corazón donde la razón no tiene lugar, donde el subconsciente nos lleva a realizar infinitas locuras, pero que nuestra parte consciente las rectifica.

Amor es un dar y un recibir, pero sin ofuscarse, es decir, si yo hice esto por él/ella, él /ella no tiene por qué hacer lo mismo por mí, si su corazón así no se lo pide.

Es cierto, que cada uno vive el amor de diferente forma y que existe un porcentaje para quienes el amor va más allá y comienzan a sufrir un trastorno obsesivo, consiguiendo encarcelar el placer que de base produce este sentimiento y, convirtiéndose en una verdadera tortura, donde se podría decir que uno se ve en la obligación de amar en lugar de ser algo espontáneo.

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Trastorno obsesivo: Cómo identificarlo y sus características

El patrón de los sujetos con trastorno obsesivo suele ser bastante específico. Son personas inseguras, celosas y con baja autoestima, y están totalmente centradas en una persona.

El saber más sobre su “víctima” se convierte en una necesidad fisiológica, para ellos es como el comer, o dormir; incluso se llegan a poner celosos cuando ven que hacen planes con otras personas, aun sabiendo que esos planes los han hecho con sus amigos. Muestran una conducta muy controladora, desconfiada, perfeccionista, e hipervigilante.

control obsesivoLa adicción al amor también se conoce como codependencia. Las personas sumergidas en esta condición psicológica tienen totalmente distorsionado el sentimiento de amor y lo llegan a confundir con el sentimiento de obsesión, con lo que consiguen negar sus propias emociones de forma inconsciente llegando al autoengaño.

Sienten necesidad imperiosa de acceso constante hacia su pareja, llamadas continuas, control a través de mensajes de móvil o whasapp, o bien intenta realizar todo tipo actividad que sabe que a su pareja le interesa, todo por tenerlo cerca y controlado, todo por mantenerse unido mediante un cordón umbilical ilusorio.

Los que sufren este tipo de trastorno tienen fe ciega en que, todo lo concerniente a su pareja les pertenece, inclusive llegan a pensar que las decisiones y gustos de su pareja también son de su propiedad y se creen con derecho a manipular su vida, pero eso sí, todo lo hacen mirando sus intereses.

Ofrecen una protección y una seguridad descomunal e incluso puede parecer sincero, pero es todo fachada, al final sólo les interesa su comodidad y cuanto más fácil de manejar, menos esfuerzo para controlar a su “presa”; eso sí en el momento que la “víctima” se revuelva, su nivel de frustración puede llegar a niveles desorbitados y echan mano del victimismo para reclamar o echar en cara esa falta de cariño.

En su día a día intentan mantener su cabeza ocupada con sus asuntos pero, se ven incapaces por el hecho de que la imagen de esa persona, asalta en su mente persistentemente

“qué estará haciendo, con quién, seguro que está con…, ETC.”

y tienen claro que lo desean, por encima de todo y de todos, aunque realmente ese querer o deseo no sea real, piensan que teniéndolo bajo su control, todos sus males se curarán, ¡ya están a salvo!

Las personas con este trastorno, por lo general establecen relaciones tóxicas o destructivas, se dedican a ayudar a su pareja, moviendo mar y tierra para poder salvarle de esa vida tan problemática que está viviendo.

Instintivamente tienden a conectar con gente que por su carácter les permite desarrollar esta manera de vincularse a través de ofrecer su cariño  y protección incondicional.

No hay que mal interpretar la palabra ayuda, ¡eso no es malo!

El problema es que esta persona con trastorno obsesivo interpola esa ayuda dentro de sus obligaciones, tiene que ayudar porque esa es su razón de ser, y llega el punto que comienza su despersonalización, pierde su identidad y autoestima y lo único que le preocupa es la otra persona, dejando en el olvido sus propias necesidades.

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En las relaciones de pareja se muestra inseguro y es especialmente sensible a las posibles críticas que su pareja le puede hacer por su comportamiento.

En todo momento tiene el presentimiento de que la relación podría acabar, y eso le vuelve más inseguro y dependiente.

Viven en un sin vivir lleno de angustia generado por el control y el seguimiento. Buscan el conflicto para llamar la atención, haciendo sentir culpable a su pareja para recibir cariño, y esto les conduce a la adicción por las relaciones tóxicas.

Al final como toda relación tóxica, ambas partes terminan haciéndose daño y metiéndose en la rueda amor-odio, sutil engaño emocional que genera confusiones sobre el amor.

Consejos para una persona con trastorno de la obsesión

Siempre que se es víctima de algún trastorno psicológico, lo primero es reconocer que lo padeces y  después, debe estar seguro de que se quiera acabar con ese desorden para conseguir ser feliz y quererse a uno mismo ante todo.

Algunos consejos clave podrían ser:

  1. Aléjate del problema: es necesario que dejes marchar a esa persona. Si realmente quieres cambiar, deber de olvidar a esa persona, ser fuerte y tener el objetivo de seguir adelante, para así poder empezar de cero y esa obsesión no crezca.
  2. Ponte en la situación del otro: es importante entender que el amor no es vinculante y que la posesión y el amor van de la mano. En el momento que hay un ápice de posesión, ya es una señal de que existe la obsesión y sólo traerá dolor.
  3. Dale un impulso a la confianza en ti mismo: la baja autoestima es una característica de los afectados por este trastorno. Para fomentar la autoestima lo más efectivo es realizar actividades que te gusten a ti, no que sabes que a tu pareja le gustan, cambia de chip. Realizando actividades que a TI te gustan, te proporcionarán confianza en ti, te ayudará a superar ese sentimiento de impotencia y te ayudará a librarte de esa persona y empezar a ser feliz.
  4. Apóyate en amigos y en familiares: los amigos en estos casos son un gran apoyo y siempre es positivo, pero si lo ves necesario echa mano de los profesionales. Son expertos que escucharán tus problemas y te proporcionarán una solución.
  5. Ten paciencia: ten por seguro que la obsesión por alguien no se ha dado de un día para otro, por lo que no esperes que los resultados lleguen en un clic. Hay que ser realista y trabajarlo desde su raíz.
  6. Desarrolla estrategias de afrontamiento: Aprende técnicas de manejo del estrés, como la respiración profunda y la relajación, para reducir la ansiedad asociada con el TOC.
  7. Establece metas realistas: Fija objetivos a corto y largo plazo para tu recuperación, pero sé realista acerca de los tiempos y los desafíos que puedas encontrar.
  8. Evita la autoexigencia: No te castigues por tener pensamientos obsesivos. Acepta que son parte del trastorno y no una representación precisa de la realidad.
  9. Busca apoyo: Comparte tu experiencia con amigos y familiares de confianza para que puedan brindarte apoyo emocional y comprensión.
  10. Mantén un estilo de vida saludable: El ejercicio regular, una dieta equilibrada y un sueño adecuado pueden ayudar a reducir la ansiedad y mejorar tu bienestar general.

uando el amor no produce tranquilidad y placer sino todo lo contrario, genera ansiedad o inquietud, se trata de un amor adictivo.

Los amores obsesivos nada tienen que ver con el amor real, donde la persona pierde su carácter y nada queda de su esencia.

Querer algo o alguien no es malo, pero convertirlo en imprescindible sí.

Y recuerda, ser independiente no implica desamor, más bien lo contrario, significa cultivar un amor razonable e inteligente.

El verdadero amor es desinteresado y está exento de todo miedo. Se derrama sobre el objeto de su afecto sin que pida nada a cambio. Su alegría está en la alegría de dar. Florence Scovel

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