cumplir tus deseos

Pocas cosas más humanas que la aspiración a conseguir algo que aún no se tiene, desear forma parte de la experiencia humana, cocrear esos deseos también…

Nunca te conceden un deseo sin concederte también la facultad de convertirlo en realidad, aunque es posible que te cueste trabajo. Richard Bach

Todo lo que conseguimos en la vida emerge del deseo, sin el deseo, sin las ganas de tener/hacer algo nos limitaríamos a vegetar.

Podemos hablar del deseo en términos de energía. El deseo es la energía que nos hace avanzar.

Pero el deseo nos da también mucha información sobre nuestro propósito vital, de nuestras capacidades, porque aunque prácticamente todos deseamos lo mismo, cada cual lo desea de distinta manera….

Todos queremos ser felices, todos queremos amar y ser amados, todos queremos estar seguros y tener cubiertas nuestras necesidades básicas.

¿Y que nos dice eso?

Pues que todos venimos con la capacidad para conseguirlo, que es algo inherente a nuestra especie.

¿Qué hay de las aspiraciones personales?

¿Por qué lo que yo deseo no es lo mismo que lo que deseas tú?

El deseo personal nos da muchas pistas sobre cuáles son nuestras propias capacidades, y por lo tanto cuál es nuestro propósito personal e intrasferible.

“Nuestros deseos son presentimientos de las facultades que están dentro de nosotros, indicios de aquello que seremos capaces de realizar” Goethe.

Existen dos clases de deseos: El deseo pasivo y el deseo activo.

El deseo pasivo es aquel que se queda en nuestro interior, deseamos, anhelamos que algo nos llegue pero no hacemos nada para conseguirlo.

Posiblemente lo que se esconde tras esta forma de anhelo es la falta de fe en las propias capacidades, la creencia limitante de que no vamos a intentarlo ya que seguro que no podemos conseguirlo, o peor aun, la peor de todas las creencias que en ocasiones subyace en todos nosotros, ” no merecemos conseguirlo”.

El deseo pasivo es peligroso porque retroalimenta las sensaciones de falta de merecimiento, baja autoestima, e incapacidad personal.

El deseo activo es el que nos muerde, el que nos obliga a movernos, el que está basado en la certeza de que sólo consiguiéndolo estamos más cerca de nuestro propio equilibrio.

Los siete pasos para realizar nuestros deseos:

  • 1- Saber qué se quiere y quererlo de verdad.  

Solemos ser bastante imprecisos a la hora de desear algo. Pongamos un ejemplo: “Quiero ser escritor” . Bueno, pues escribe. “Me refería a que quiero ser un escritor famoso”.

Bueno pues escribe una barbaridad en la red y te haces viral. ” no, me refería a …”.

Esa es la clave, dibujar con claridad y precisión qué es lo que de verdad queremos, y una vez definido, quererlo de verdad, quererlo con todo, no apartarnos del objetivo.

  • 2 – Desear pocas cosas y no contradictorias entre sí.

Si decíamos que el deseo es la energía que nos mueve a la acción, resulta lógico que si tenemos muchos deseos la energía se dispersa y por tanto es menos efectiva, está bien tener varios deseos, pero debemos ir concentrarnos poco a poco en la consecución de cada uno de ellos antes de ir a por otro.

La coherencia es importante en cada una de nuestras acciones, pero también lo es en los deseos, dos energías de signo opuesto se neutralizan así que si deseamos cosas que se contradigan no tendremos ni la una ni la otra (volviendo al ejemplo del escritor, querer ser un escritor de éxito y prestigio y que no te reconozcan por la calle….complicado)

  • 3 – Darse los medios para conseguirlo.

De momento andamos un poco lejos de que la física cuántica sea una realidad en nuestras vidas, así que para llegar a una meta hay que realizar un camino…

Si quieres ser un gran escritor, deberás conocer las reglas gramaticales, la estructura narrativa, la ortografía…

  • 4 – Formulación correcta del deseo.

No importa si como Coelho piensas que cuando deseas algo el universo entero conspira para que lo consigas, o simplemente crees en el poder de la mente para hacer realidad aquello con lo que la programas, en ambos casos hay reglas de cómo formular los deseos para que se conviertan en algo tangible

  • 5 – Alimentar el deseo sensorial y psicológicamente.

Se trata de recargar esa energía que es el deseo, si pensamos en cómo nos vamos a sentir cuando lo consigamos, si conseguimos sentir de forma anticipada cada sensación que nos produce la consecución, alimentamos esa energía y nos resultará más sencillo ir solventando las vicisitudes que encontremos por el camino.

  • 6 – Comienza a actuar.

El hecho de empezar a movernos nos da fuerza para continuar, nos carga de responsabilidad hacia nuestra vida, nos produce la sensación de control y capacidades necesarias para el triunfo.

  • 7 – Recordar siempre que la meta es disfrutar.

No tiene ningún sentido conseguir un deseo y acto seguido proponernos ir a por el siguiente, toca recoger los frutos, toca saborear y disfrutar de lo conseguido, porque además eso nos ayudará en nuestras próximas metas.

Si no hemos disfrutado de lo obtenido, la próxima vez que nos propongamos algo y encontremos dificultades, abandonaremos porque pensaremos, y con razón, que tanto esfuerzo no merece la pena.

Hay dos cosas que deben perseguirse en la vida: La primera es conseguir lo que se quiere, la segunda disfrutar de ello.

Sólo los más sabios logran la segunda. Logan P. Smith

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