Una simple fotografía en tu escritorio, en tu mesa de trabajo, en tu mesilla de noche… puede ser el comienzo de una de las amistades más fructíferas que encontrarás en la vida.
A todos nos gustan las fotografías, capturas de un instante, que poseen el poder de trasladarnos, de evocar un dulce recuerdo o de visualizar un lugar futuro que deseamos visitar…
Es difícil que alguien no tenga una foto de su infancia, te propongo que busques en tu caja de fotos antiguas, busca alguna foto de tu niñez, una en la que sólo estés tú.
Míralas con el corazón y elige una en la que puedas ver todo lo que ese niño, esa niña, apenas contaminada por las expectativas ajenas o las experiencias vitales, esperaba para su vida.
Observa sus ojos, puros y sabios, van a ir dándote muchas respuestas…
Rescátala de esa caja olvidada en el fondo de un cajón, vas a rescatarla del olvido y ella a su vez, te rescatará a ti de tu propio olvido.
No se trata de que busques un marco bonito que haga juego con las cortinas del salón, esta foto no es un objeto decorativo, es tu tótem de poder…
En esa personita que te mira desafiante a los ojos, se esconde toda la sabiduría que necesitas para una vida plena, de la forma más pura y personal que puedas encontrar.
Entre ella y tú hay un continuo de vida, TU VIDA. En pocas ocasiones se muestra como una línea recta, generalmente se trata de un camino lleno de cortes, bifurcaciones, obstáculos, erosión… y para recuperar la dirección, para llegar a destino de forma satisfactoria, sólo tienes que contemplar esa foto.
No hay prisa, has llegado hasta aquí, con más o menos baches, sin ser consciente de esto, así que date tu tiempo para recuperar una relación que nunca deberías haber perdido, la relación con tu esencia.
Dale un sitio de honor, un lugar donde pases algunos ratos a solas, donde puedas sentarte y simplemente, de vez en cuando, cruzar tu adulta mirada con la mirada de tu SER.
¿Qué ves en esa imagen? ¿Qué grita esa mirada? ¿Cómo es la posición de ese cuerpo?
Ahí y justo ahí, como si de un círculo virtuoso se tratase, es donde debes llegar.
Nuestro inconsciente, nuestra Alma, nuestro YO SUPERIOR, son sabios. Si elegiste esa foto no es por casualidad, si la elegiste con el corazón es porque es en ella donde mejor se refleja tu esencia.
Es un muy buen comienzo, saber a dónde tenemos que llegar.
Estamos tan contaminados por el pragmatismo de esta sociedad que creemos que tenemos que llegar a ser algo, me explico.
Tengo que llegar a ser una gran profesional, una gran madre, una persona exitosa, un profesional de tal o cual área, rico, famoso, sabio…
Incluso podemos añadir una serie de valores morales: íntegro, bueno, amoroso…
Esto es un error, son marcos que combinan con nuestras cortinas, la realidad es que hemos venido simplemente a SER, punto.
Y la personita que te mira desde esa foto lo sabe, simplemente ES. Es quien tú eres, es la potencialidad de lo que has venido a SER y está grabada en ese trozo de papel, que debes revelar, nuevamente, en el laboratorio de tu propia existencia.
Pregúntate lo cerca o lo lejos que te encuentras de ella, en este momento de tu vida.
Aunque pueda parecer una técnica fácil, es muy potente, por eso vuelvo a aconsejarte que no tengas prisa, deja que la información vaya fluyendo.
La aventura que acabas de crear te va a llevar por la línea del tiempo de tu vida, te llevará en ocasiones a un pasado en el que esa niña, ese niño, fue herido, te mostrará que coraza adquirió para seguir adelante, esa coraza que hoy como adulto te está pesando, te está alejando de tu esencia. Cuando pases por esos momentos, mírale con todo el amor del mundo, dile que ya no la necesitas, que ahora ya puedes cuidar, desde la esencia, de ti mismo.
Testearás tu presente, las decisiones a tomar, porque conforme avance tu relación con ella, ante una encrucijada mirarás la foto y sabrás de inmediato cual es el camino que te lleva de retorno a tu esencia, que te colocará en el punto en el que todo empieza y todo acaba… Simplemente TÚ.
