La antigua técnica japonesa utilizada para reparar objetos de cerámica conocida como Kintsugi utiliza resina del árbol de la laca y polvo de oro.
Con una historia muy antigua el Kintsugi (carpintería de oro) comenzó a fines del siglo XV y a pesar de no tener gran aceptación en la época después se transformó en una técnica muy valorada.
Significado Kintsugi
Tras el éxito del Kintsugi algunos coleccionistas japoneses fueron acusados de romper de forma deliberada objetos de cerámica valiosos con el solo objetivo de tenerlas reparadas con oro, pues convertía estas piezas en verdaderas obras de arte añadiendo una compleja estética.
Visto desde el punto de vista filosófico la práctica japonesa del Kintsugi habla de que a veces los defectos son más grandes que las virtudes, una metáfora que relaciona la vida y las cicatrices que nos atañan a todos.
La idea es que el mundo se encarga de hacer “grietas” en las personas y llenarlas de fisuras, siendo allí donde residen un gran variedad de posibilidades para reparar esa herida.
Nadie ha planteado con tanta belleza esta metáfora sobre el Kintsugi como los japoneses, ya que para esta cultura las roturas o reparaciones forman parte de la historia de un objeto y deben por lo tanto mostrarse en lugar de ocultarse, pues se pone de manifiesto una transformación “las cicatrices embellecen el objeto”.
En la filosofía del arte del Kintsugi puede verse algo totalmente opuesto a la manera occidental de ver las fracturas ya sean anímicas o materiales, un objeto roto no deja de servir, muy por el contrario se lo transforma y su función cambia para ser un mensaje activo.
Para el arte del Kintsugi un objeto roto pasa de ser una cosa a ser un gestos gráfico que estimula a copiar una poderosa transformación,
la cicatriz pasa entonces de ser un trazo oscuro a ser una ventana de luz
Además, el kintsugi refleja cómo se traza sobre una pieza un incidente doloroso que se cubre de polvo de oro para aceptarlo transformado en una obra de arte o una joya que se presenta ante el individuo como si la herida estuviese cocida con hilo de oro por un habilidoso orfebre.
Comprender el arte del Kintsugi lleva a un pensamiento filosófico que muestra en un objeto roto que podría acabar en la basura renace como otro diferente pero con más belleza, una ironía en una época en que la sociedad usa y tira aquello que “no sirve” y por ello hay que deshacerse de él.
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La conciencia es la voz del alma; las pasiones, la del cuerpo.-Shakespeare
