TransgeneracionalMe gustaría transmitiros un tema muy interesante que hace años que sigo, gracias a una de las enseñanzas que nos ofrece un señor al que yo considero uno de los más grandes, Enric Corbera: el transgeneracional y su metafísica, que es la palabra con lo que a mí me gusta definirlo.

Gracias a seres como por ejemplo él, me reafirmaron y me anclaron más en la convicción de Crear mi Propio Camino de Aprendizaje. Y aprendí a descubrir y a sentir qué era “DesAprender” lo que yo alguna vez creí ya por aprendido.

¿Qué significa Transgeneracional y que pretende?

La palabra “Transgeneracional” no tiene definición como tal en la RAE (Real Academia Española).

Todos podemos saber qué es nuestro “árbol genealógico” y conocer nuestras líneas más cercanas, e incluso si la “diosa fortuna” nos sonríe y nos ampara, podemos saber nuestras líneas más ancestrales. Pero a veces nuestros ancestros no son sólo fechas, ni nombres; hay mucho más trasiego detrás de todo esto.

Por ejemplo, uno de los términos más empleados en un análisis transgeneracional es la palabra “doble“. Y este término es uno de los más trascendentales para entender un poco más el estudio.

Podemos saber que somos dobles de nuestros ancestros por:

  • Nombre: el craso error que muchos cometen. Si vas a ponerle el nombre de un ancestro a alguno de tus hijos, procura por favor que sea el de alguien abundantemente bienaventurado.
  • Parecido físico.
  • Fechas: considerándose la fecha de concepción, la fecha de nacimiento y la fecha de defunción.
  • Onomástica: se puede ser el doble de un ancestro cuando la fecha de concepción, nacimiento o muerte de uno de tus ancestros, coincide con la fecha de tu onomástica o viceversa.
  • Yacente: contabilizándose nueve meses después de la fecha de tu nacimiento con la fecha de defunción de un ancestro. Siempre y cuando el ancestro haya muerto antes de tu nacimiento.

Ser el yacente de uno de tus ancestros es una forma, cuanto menos, particular de ser el doble de alguien, ya que significa que llevas a ese difunto sobre tus espaldas, y eso puede volver muy dura la vida de cualquier persona.

Lo que pretende el estudio transgeneracional es encontrar los “programas” que están condicionando nuestra vida y transformarlos para cambiar la percepción de ellos. Es un tema bastante amplio, y a la vez nos puede introducir en muchos más campos.

Si vivimos esos programas, es porque de alguna manera o bien nuestro Ser así lo escogió, o bien nos escogieron a nosotros dentro de la constelación de la que provenimos, para ser los emisarios y realizar aquello que no supo hacer nadie más anteriormente.

Lo grotesco que pudiera tener el ser humano ante esto, es que después de haber tomado conciencia de que sus programas o sus circunstancias en la vida tienen que ver con estos condicionamientos transgeneracionales, siga haciendo exactamente lo mismo que hacía antes de tomar conciencia… Nada.

Hay que tener predisposición “mental” para poder liberar esos programas y deshacerlos. Y si no se pueden deshacer, al menos hay que aprender a desactivarlos.

Realmente este examen transgeneracional proviene de épocas pretéritas como las civilizaciones Mayas, Celtas, Egipcias… Pero después tuvimos una época oscura que fue la Edad Media, donde la “verdad” se convirtió en dogmas con forma de religiones.

Y ya deberíamos saber que todos los dogmas son creaciones únicamente del ego.

Te recomendamos el siguiente artículo 7 Claves para reconocer y trascender el EGO por Wayne Dyer

Las religiones fueron creadas irónicamente por el propio hombre (dentro de la dualidad) sólo para adormecernos más, para seguir inmersos en el “mundo de la ilusión”.

Para continuar creyendo que nosotros como seres humanos, debemos hacer siempre alguna cosa para ser mejores que algo o alguien.

Lo que no hemos entendido aún, es que ya SOMOS MEJORES sin necesidad de hacer nada más.

Tenemos que salir del paradigma de las “creencias” de las casualidades, del pensar que nuestro cuerpo enferma (aunque enferme y sea un transporte para irte hacia otro plano), del victimismo, del yo mártir, del creer que somos cuerpo y mente separados de la conciencia del ser (del alma).

Hemos de sumergirnos dentro de nuestro “yo superior” y simplemente sentir que las casualidades no existen, que simplemente son sincronicidades de los hechos.

Puede que te sea de interés leer la entrevista hecha a David Topi sobre los Guías Espirituales y el YO Superior 

Por ejemplo, que yo esté escribiendo esto ahora y tú estés leyéndolo justo en este precioso momento, no es casual. Estamos los que tenemos que estar. ¿O acaso aún no se habéis dado cuenta?, no puedo creerlo, ni puedo reforzar la realidad de que no podáis sentirlo.

Una Mente consciente e inteligente: La Matriz Divina

Nuestra mente está continuamente vacilando en dos cuestiones: el problema y la solución de dicho problema. Pero, también está conectada intrínsecamente a un campo cuántico o matriz divina. Nuestra mente gracias a nuestro “yo cuántico o yo superior”, también puede ser “una Mente consciente e inteligente”.

Ello me lleva a citaros la definición de Max Planck, en 1944:

“Toda la materia se origina y existe solamente en virtud de una fuerza… Debemos asumir, tras esa fuerza, la existencia de una mente consciente e inteligente. Esta Mente es la Matriz de toda la materia”.

Con estas palabras, Max Planck, el considerado padre de la teoría cuántica, describió un campo universal de energía que conecta todo en la creación: la Matriz Divina.

Según él este campo cuántico o matriz es nuestro mundo, y también es todo en nuestro mundo.

Con lo cual, nosotros, el conjunto de nuestro cuerpo y de nuestra mente, somos lo que amamos, odiamos, creamos y experimentamos. Y somos a su vez, la expresión fidedigna de estos “programas transgeneracionales”.

Los seres humanos creemos que tomamos nuestras propias decisiones, pero realmente deberíamos ser conscientes de que las decisiones son las que nos toman a nosotros. Y quizás te preguntarás porqué…

Hay que tomar conciencia DesAprendiendo que las emociones no son espirituales. Las emociones es otro de los bagajes que lleva nuestro Cuerpo, Mente, Condicionamientos, Personalidad y Ego. Por tanto, todas las emociones son exclusivamente biológicas, no nacen de nuestro ser espiritual.

Los seres humanos vivimos dentro de un mundo dual. Y al ser duales tenemos 2 polaridades; llamadlo como queráis: el Ying-Yang, el bien y el mal, la luz y la sombra; cometiendo el error de luchar contra nuestra otra polaridad.

Como bien nos enseñó el gran Carl G. Jung: “lo que no me gusta de ti, está en mí”(la ley del espejo).

Así que, cuando se decide realizar un análisis transgeneracional, hay que tomar conciencia de que estaremos frente a alguien que viene por nosotros y a través de nosotros; con todo lo que aquello conlleva: Creencias, Juicios, Prejuicios… Emociones. Y que nosotros seremos en ese momento, el punto o centro del Universo atrayendo todo aquello.

Dando pie a un “horizonte de sucesos“, que es justo el punto de equilibrio entre una polaridad y otra.

Es donde se toma conciencia del ser, donde se despierta y donde no nos dejamos arrastrar por ninguna polaridad.

Y tú, habrás llegado por fin a esta línea de la lectura y seguirás preguntándote..

¿Cómo se consigue todo esto; cómo se llega a ese horizonte?

Pues bien, te lo voy a explicar, simplemente se llega deshaciendo tus juicios; deshaciendo tus comentarios; deshaciendo tus creencias; no negando tus emociones sino reconocerlas, sentirlas y vivirlas (trascender), integrarlas y amarlas como parte de ti, y después aceptarlas para poder transformarte.

Así es como desactivarás tu pobre Ego. Porque es de la única manera que no reforzarás esas cosas, ni crearás ningún tipo de resistencia ni contra nada, ni contra nadie. Ni contra todas tus emociones (que son muy necesarias para experimentar todo este proceso), ni básicamente contra ti mismo.

Convirtiéndonos en meros observadores de ese horizonte de sucesos, es cuando todo pierde fuerza, lucha y resistencia.  Es cuando tomamos conciencia de que vivimos unas experiencias humanas, unos programas transgeneracionales, y que debemos cambiar nuestra percepción para dar paso a otra frecuencia más elevada y experimentar otras lecciones. Y todo eso lo sentimos a través de lo que nos ha dotado nuestro cuerpo y nuestra mente: las emociones.

Esta fase fundamental, se experimenta en el desarrollo de nuestro propio auto-conocimiento y crecimiento personal. Y tiene un requisito muy importante, que es aprender a amarnos a nosotros mismos.

Recuerda que nuestro SER nos eligió por algo y por ser únicos para realizar nuestro propósito de vida. Todos tenemos un DON que mostrar al mundo y que éste necesita.

Acuérdate que aparte de toda esta madeja de emociones que estarás sintiendo ahora mismo, los seres humanos tenemos que ser conscientes y agradecidos de que nuestro “ser espiritual”, o nuestra “alma”, o nuestro “yo superior o yo cuántico” (llámalo como tú quieras), está conectado al todo; está en conexión directa con la gran y genuina sabiduría. Y que gracias a nuestro cuerpo y a nuestra mente, le cedemos un vehículo, siendo la única manera, en la que podemos vivir todas estas experiencias humanas que nos sanan y que nos “ayudan” a evolucionar y a seguir ascendiendo como SERES.

Mi infinita gratitud hacia ti, hacia el que hasta aquí estuvo pacientemente leyéndome, por permitirme DesAprender contigo.

Por concederme crear mi propio recorrido de regreso a casa.

Gracias y Camino Zen para todos.

Bendiciones.

Raquel ZR.

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