vacunarse decisión social o personalEl tema de hoy es complejo, muy complejo, y desde el primer momento queremos dejar claro que la que les escribe, tras documentarse, no tiene en absoluto claro cuál sería su posición en un debate, lo que por otra parte garantiza mi absoluta imparcialidad al respecto.

Empezaremos hablando de lo que más preocupa a las personas que consideran la vacunación una responsabilidad social, y es que la vacunación, o la falta de esta, afecta no solo al individuo sino a la comunidad a la que pertenece.

Los defensores de la efectividad de las vacunas, de su papel fundamental en la erradicación de determinadas enfermedades, denominan “inmunidad de grupo” al hecho de que una población, con un muy alto índice de vacunación, forma un escudo protector, que evita la transmisión del virus que pudiera afectar a niños que aún no han podido ser vacunados, bien por edad, bien por complicaciones de salud.

Esto, que en España puede no tener mucho peso, para empezar porque no hay un movimiento anti vacunas tan mediático como lo hay en EEUU, allí se convierte en un auténtico conflicto por la importancia que la “comunidad” tiene en los valores de esa sociedad.

Por otro lado si la información que dan los “anti vacunas” es cierta, ¿qué padre no lucharía por su erradicación, le parezca bien o no a su comunidad?

El papel de Internet

Y aquí podríamos empezar otro debate, ¿todo es válido en internet? Porque lo cierto es que nunca hemos tenido al alcance de nuestra mano tanta sabiduría y conocimientos y, a la vez, nunca hemos estado tan expuestos a la manipulación y a la desinformación.

Lo que es evidente es que Internet es, en estos momentos, la principal fuente de información de la mayoría de personas.

Así el debate tanto en el tema de las Vacunas, como en cualquier otro, ya no va a poder ser silenciado, la sociedad puede exigir ahora una mayor transparencia a las partes por el poder que las redes sociales les confieren.

Puntos de discusión

Pero ¿qué argumentan los “antivacunas” para “poner en riesgo” la vida de sus hijos y la efectividad de la “inmunidad global”?

La efectividad

En primer lugar discuten la “efectividad” de las vacunas en relación a la erradicación de la enfermedad.

Afirman, con datos, que la mayoría de las enfermedades erradicadas ya marcaban una tendencia a la baja en los años anteriores y que la Vacunación llegaba cuando la enfermedad estaba ya a punto de desaparecer.

Así atribuyen a la mejora de las condiciones de vida, a la potabilidad del agua, a una mejor alimentación y un aumento de la vitamina A, y no a las vacunas, la erradicación de enfermedades como la Viruela.

Los ingredientes

Aquí los antivacunas se marcan un tanto… A pesar de que muchas vacunas han eliminado alguno de estos compuestos (mercurio, aluminio o formaldheido) siguen presentes en otras.

Los efectos secundarios

Unos y otros reconocen la existencia de efectos secundarios, pero mientras los “provacunas” estiman que sólo en un porcentaje muy, muy pequeño, estos efectos pueden como dice el refrán “ser peores que la enfermedad”, los “antivacunas” difieren en la importancia y la prevalencia de estos síntomas, correlacionando, en alto grado, trastornos neurológicos provocados por la sobreestimulación del sistema inmune de los bebés.

Así trastornos como el déficit de atención, la esquizofrenia, la hiperactividad que recientemente se han correlacionado con los pesticidas, porque sobre estimulan el sistema inmune, tendrían en las vacunas el mismo enemigo.

No parece descabellada la idea de que a un bebé al que se administran tantas dosis de vacunas en tan poco tiempo y con un sistema inmune a desarrollar no cuente con los medios necesarios para hacer frente a ello.

¿Sería pues conveniente hacer una revisión del plan de vacunación?

El SIDA

Si uno de los argumentos en defensa de las vacunas estriba que la creación de anticuerpos es garantía de salud, el VIH lo complicó todo. Con su llegada, se descubrió que los anticuerpos también pueden matarte…

Las epidemias y las pandemias

Supongo que nadie dudara a esta alturas, de que las epidemias y las pandemias son reales, que estamos continuamente en riesgo…

El problema es que no podemos estar seguros del papel de las vacunas en esto.

No solo con la amenaza de pandemia por la gripe A que costó muchísimo dinero y que finalmente no estalló.

Ya ha habido casos anteriores, como durante la presidencia de Ford en EEUU, que ante la amenaza inminente de una pandemia de gripe, o influenza, forzó un programa de vacunación masiva (135 millones de dólares para vacunar a 40 millones de estadounidenses) que tuvo que ser suspendido por correlacionar su administración con la aparición del síndrome de Guillain-Barré. Se eliminaron las vacunas y se paralizó la vacunación, la pandemia no se produjo.

La bondad de las enfermedades infantiles

La vacuna a la que más “caña” se le ha metido es a la triple vírica (sarampión, paperas y rubeola).

Los “antivacunas” afirman que un niño sano (con buenas condiciones de higiene, alimentación y un entorno emocional sano) más bien se beneficia de pasar por estas enfermedades ya que despiertan su reacción inmune de forma natural y les hace inmunes a otras complicaciones en la edad adulta.

Conspiraciones y Poderes bajo sospecha

Y aquí se abre la veda…

Las industrias farmacéuticas son poderosísimas, pagan los estudios, pagan los posters informativos que tenemos en las consultas pediátricas, financian los estudios sobre la creación y erradicación de enfermedades y mueven muchíiiiiiiiisimo dinero.

Declaraciones como esta, del consejero delegado de la farmacéutica Bayer, Marjin Dekkers, no ayudan mucho a no desconfiar de ellas:

“Nosotros no desarrollamos este medicamento para el mercado indio, lo hemos desarrollado para los pacientes occidentales que pueden permitírselo.”

Otro hecho que anima a desconfiar de las farmacéuticas es la duración de las patentes que dificulta su uso en sectores desfavorecidos del planeta, y una industria cuyas ganancias son abismales puede permitirse rebajar su duración.

Pero el problema no deberían ser las farmacéuticas, que en ningún momento se auto definen como ONG, sino los responsables de la salud pública mundiales quienes regularan todo este tema.

Y volvemos a encontrarnos con la corrupción que planea sobre los gobiernos más poderosos del mundo, los lobbys, las puertas giratorias y la avidez de dinero y poder, despiertan cuando menos, cierta desconfianza en su poder de regulación de un tema tan serio como este.

Y en este caldo de cultivo las teorías conspiratorias se expanden cual virus de forma pandémica a través de la red…

Y me temo, que como en todo en este mundo globalizado y mediatizado, la única vacuna posible es informarnos todo lo posible, tener buen criterio y responsabilizarnos de cada una de nuestras elecciones…

Para conocer mejor lo que argumentan unos y otros os ofrecemos los enlaces a dos documentales que podéis visualizar en YouTube.

Vacunación, la verdad oculta

La guerra de las vacunas

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