Juegos de inteligencia emocional para niños 1Una de las competencias imprescindibles en esta sociedad de cambios es la inteligencia emocional.

Afortunadamente poco a poco el sistema educativo es más consciente de ello, y va implantándose poco a poco en nuestras escuelas, pero mientras llega a todos, desde las familias podemos ir trabajando con nuestros niños y para ello os proponemos una serie de actividades para que desde el juego, estos aprendan a detectar comprender y gestionar las emociones.

Se recomienda que los adultos se involucren en el juego de modo que no sólo trabajarán con su propia inteligencia emocional sino que será muy beneficioso para que el niño coopere.

Inteligencia emocional para niños 

Diccionario emocional

Podemos realizar entre todos un diccionario en casa, eligiendo entre todos una emoción distinta.

Se trata de definir esa emoción, dibujarla, indicar sus síntomas, el significado biológico que tiene, ante qué situaciones aparece, cómo podría ser una gestión adecuada de esa emoción, una inadecuada….

El libro de la alegría

Mediante esta actividad pretendemos acercar a los niños a la emoción de la alegría y que puedan generar un recurso al que acercarse cuando no se sientan tan bien para recordar acontecimientos que en su momento les generaron alegría.

Para realizar el libro podemos utilizar folios de colores y distinto material de papelería (rotuladores, ceras, lápices…), además de cualquier cosa que queramos para decorar.

Cualquier actividad que haga al niño estar alegre puede estar dentro del libro: desde la visita al cine o al zoo, hasta bañarse o jugar con su hermano.

Para trabajar la alfabetización emocional a fondo, pediremos al niño que debajo de cada dibujo añada una frase donde anote “Estoy alegre porque….”.

El tarro de la calma

El tarro de la calma puede ser una actividad útil para trabajar la rabia y también el estrés o el nerviosismo que presentan los niños en diferentes situaciones.

No necesitamos más que una botella vacía, o un frasco, a la que vamos a añadir líquido y purpurina.

Puedes añadir varias cucharadas de pegamento y también colorante si quieres el líquido de algún color.

Su función consiste en agitar la botella cuando el niño necesita tranquilizarse.

Trabajar las emociones con fichas

Trabajar las emociones en el día a día es lo más útil, pero elaborar fichas donde estén presentes las emociones y puedan reflexionar sobre ellas puede aportarnos muchas ventajas.

Estas fichas pueden ir desde caras donde tienen que adivinar cuál es la emoción que está detrás, viñetas donde se tienen que elaborar la historia, subrayar entre una lista de opciones aquellas situaciones donde él siente esa emoción (por ejemplo, cosas que te dan miedo o que te dan asco).

Se pueden añadir oraciones que sean verdaderas y oraciones falsas acerca de cada emoción para ver hasta qué punto las comprenden, elaborar frases donde tengan que rellenar el hueco con las emociones…

¡hay muchas opciones, sólo hay que ser un poco creativo!

El cofre emocional

Una de las actividades que podemos realizar con nuestros hijos es “El cofre emocional”.

Una actividad previa podría ser decorar la caja que nos va a servir para trabajar las emociones, de manera que se impliquen más en las actividades que realizaremos con ella.

Una vez tengamos preparada la caja, podemos pedir a los niños que realicen tarjetas con las emociones.

Cuando trabajamos la inteligencia emocional o las emociones, uno de los aspectos fundamentales es la alfabetización emocional.

La finalidad de la caja es poder tener un lugar donde los niños expresen las distintas emociones que tienen a lo largo del día.

De este modo, pediremos a los niños que, en distintas situaciones que les produzcan emociones, hagan una tarjeta con el nombre de la emoción y que hagan un dibujo que la represente, además de indicar qué ha sucedido.

Deberemos colocar la caja emocional en algún lugar donde el niño pueda verla y pueda acceder a ella siempre que lo necesite.

El frasco de las noticias positivas

Cada vez que ocurra cualquier acontecimiento alegre en los niños (cualquier cosa que para ellos sea motivo de alegría y que quieran compartir), se escribirá en un trozo de papel y se meterá en un tarro que tendremos con ese fin.

Una vez pasado el tiempo que acordemos (el domingo, por ejemplo), nos sentaremos juntos y sacaremos el tarro de las noticias.

Iremos leyendo y recordando aquellas situaciones que nos pusieron alegres.

El cuento emocional

Una actividad que puede ser útil para trabajar las distintas emociones es pedirles que diseñen un cuento, una historia, donde el personaje principal vaya viviendo distintas aventuras y distintas situaciones donde vayan teniendo lugar las distintas emociones.

Puede ser interesante porque deben pararse a pensar y reflexionar acerca de cada una de esas emociones, ante qué situaciones interpretamos y tenemos esas emociones y qué cosas suceden después.

Adivinanzas emocionales

Las adivinanzas con las emociones pueden ayudarnos a enseñar a distinguir a los niños las características más importantes de las emociones.

El dado de las emociones

El dado de las emociones puede servirnos para realizar cantidad de juegos.

Se trata de que hagamos un dado y en cada uno de los lados pongamos una de las emociones básicas: alegría, tristeza, asco, ira, miedo y sorpresa.

Una vez lo tengamos hecho y decorado podemos hacer muchas actividades distintas.Una de ellas puede ser la de inventar historias o frases donde el niño tenga que utilizar esta emoción.

O podemos animar a los niños a que lancen el dado y representen con mímica alguna situación donde se exprese dicha emoción.

O bien que sean capaces de argumentar y de buscar en qué situaciones en su vida cotidiana han sentido esa emoción.

Podemos trabajar también cuáles serían las estrategias inadecuadas para gestionar esas emociones o cuáles serían las adecuadas.

El dado puede ofrecernos muchas oportunidades y con un poco de imaginación, puede ser un juego muy útil y divertido.

 

1 COMENTARIO

  1. Me parece una herramienta buenísima, aunque ya no tengo niños, pero intentaré trabajar con mi adolescente algunas de las actividades propuestas, por supuesto con modificaciones por su edad, 15 ÑOA. gRACIAS

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