¿Eres sapiosexual?
¿“Sapio”qué? :O así me quedé yo cuando me hicieron esta pregunta… Y claro, toca investigar, no vaya a ser que sea sapiosexual y yo sin saberlo 😊
El concepto sapiosexual se emplea para referirnos al sentir atracción sexual y deseo por el intelecto o inteligencia de una persona o sus cualidades morales, por encima de la atracción puramente física.
Ahí, donde un diálogo forma parte de un juego sexual entre dos mentes abiertas; donde la palabra se convierte en la más poderosa arma de seducción.
Y es que, conocer a alguien hábil con la palabra, rico en conocimiento, etc., que cuente con la capacidad de despertar en nosotros esa mezcla entre curiosidad, deseo, misterio y admiración, da lugar a un juego que va más allá de la piel.
Por eso, para este tipo de personas, pocas cosas hay más sexy que una charla interesante. Buscan a través del diálogo nuevas experiencias, enriquecerse con nuevos conocimientos compartidos con la otra persona. Es esa inteligencia la que les seduce y conquista.
¡Ojo! Con esto no estamos diciendo que los sapiosexuales no se fijen en el físico. No son ciegos a la belleza, sino que priorizan la parte intelectual de la otra persona. Lo que de verdad les seduce y enamora es esa conversación, esa palabra que fluye y encandila, que atrapa con elegancia. Y así, “sentir el cerebro” en lugar de la piel se convierte en algo más atrayente para ello.
¿Se trata de un nuevo concepto o nueva orientación sexual?… Los sapiosexuales
Pues hemos de decir que este término no es nuevo, de hecho, fue el propio Platón quien nos habló de ello en el año 380 a. C.
Tampoco se trata de un tipo de orientación sexual, sino más bien, podríamos estar hablando de un tipo de identidad. En la actualidad son muchos heterosexuales, homosexuales y bisexuales que se definen como sapiosexuales.
Por otro lado, estudios dicen que hay más mujeres sapiosexuales que hombres. Estos estudios se basan en que tenemos diferentes cerebros. Mientras los hombres se estimulan más a través de la vista (lo físico), en las mujeres el principal estímulo parece ser el oído. Por eso, una conversación enriquecedora puede provocar atracción sexual en la mujer.
Existen diferentes inteligencias..
Espera un momento… si la sapiosexualidad hace referencia a la atracción que se crea entre personas de elevada inteligencia ¿No es discriminación? ¿Deja fuera aquellos con un cociente intelectual medio o bajo y a las personas con deficiencias?
Pues la respuesta es NO. No hay que confundir términos… no estamos hablando de superdotados o “TOLOSAS” (Todo lo saben), de lo que se trata es de dar con aquella persona con la que la conversación se convierta en un tipo de reflexión, una conexión emocional, un sentir de plenitud haciendo uso de la palabra, el conocimiento, la cordura y las emociones.
Por tenerlo claro, cuando hablamos de inteligencia siempre tendemos a relacionarlo con esa inteligencia de grandes conocimientos, cultura, etc, pero la realidad es que existen muchos tipos de inteligencia:
- Tenemos la inteligencia emocional, que está relacionada con la gestión de sentimientos y las emociones, con el autoconocimiento, sentido de la protección, etcétera.
- También tenemos la inteligencia social, que trata las interrelaciones, el tan importante saber estar, el sentido de humor, el tener ese gancho con el que te ganas a la gente, etcétera.
- Y también tenemos la inteligencia sexual y/o erótica, se hace referencia a esa picaresca que uno tiene para generar ese deseo en el otro.
Por lo tanto, dentro de la sapiosexualidad existe un gran abanico de inteligencias y todo el mundo somos inteligentes y hábiles en una o más inteligencias (valga la redundancia). Por tanto, todos somos inteligentes y no existe discriminación alguna. Otra cosa es que te atraiga o no…
El peligro
Un pequeño detalle a tener en cuenta. Es importante matizar que ser sapiosexual y tener baja autoestima, o tratarse de personas inseguras, puede traer cierto peligro.
Esta combinación puede generar una admiración hacia la inteligencia del otro tal, que pueden llegar a idealizarlo, convirtiéndose en personas dependientes, y creando así una relación tóxica.
