Solemos asociar a los suspiros con estados de ánimo… sentimientos de tristeza, por amor, cuando estamos exhaustos o aliviados, en muchos casos las personas lo relacionan con tener un corazón roto

Realmente suspiramos (sin darnos cuenta) unas 12 veces por hora, gracias a nuestro sistema cerebral que se encarga de ordenarle al cuerpo hacerlo de manera inconsciente. 

En Estados Unidos un grupo de científicos descubrió que también el suspiro tiene una función biológica fundamental que va más allá de nuestras emociones.

Los investigadores de la Universidad de Stanford y de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) descubrieron que forma parte de un mecanismo de control que es primordial para resguardar nuestra función pulmonar. 

En pocas palabras, sin esas inhalaciones y expiraciones profundas moriríamos. 

¿Cómo funcionan los suspiros?

¿Por qué son tan importantes los suspiros para mantener en marcha nuestra función pulmonar?

Un suspiro es una respiración profunda, pero este no es un acto voluntario. Comienza como una inhalación normal pero antes de exhalar se toma una segunda inhalación por encima de la primera.

Sin los suspiros nuestros alvéolos podrían colapsar, estos son unos diminutos sacos que son la parte más pequeña pero la más importante de nuestro sistema respiratorio.  

En nuestros pulmones se encuentra 500 millones de alvéolos los cuales se encargan del intercambio de dióxido de carbono y oxigeno entre los pulmones y nuestro sistema circulatorio.

Un adulto sano puede llegar a suspirar una vez cada 5 minutos, si no suspiras y los alvéolos no vuelven a abrirse, este podría llegar a sufrir de hipoxia y fallecer. 

El grupo de investigadores de la UCLA y la universidad de Stanford, ha descubierto también que 2 pequeños grupos de neuronas ubicados en el tronco cerebral son las responsables de transformar las respiraciones normales en suspiros. 

El bioquímico de la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford, Mark Krasnow, participante en el estudio explicó que “A diferencia de un marcapasos que solo regula la velocidad de la respiración, el centro respiratorio de nuestro cerebro también controla el tipo de respiración”.

Cada grupo de neuronas es responsable de un tipo de respiración. Krasnow recalcó que: “Los suspiros parecen regulados por el menor número de neuronas que hemos visto asociados con un comportamiento humano fundamental”.

El experimento se realizó con ratones, y los científicos descubrieron que el control de la respiración era monitorizado por unas 200 neuronas, haciendo de este un hallazgo que podría llegar a ser realmente importante en la investigación de enfermedades pulmonares. 

Los suspiros y las emociones

Pese a muchas experiencias por las que hayamos pasado y que de alguna manera las relacionemos el suspiro con diversas emociones, las investigaciones sobre el acto de suspirar se han centrado principalmente en el propósito respiratorio de los suspiros, y no en cómo estos están relacionados con nuestros sentimientos.

Los sentimientos vs emociones: aunque todos estos aspectos “fisiopsicologicos” o psicológicos del suspiro, en definitiva, están comenzando a ser investigados. 

Una teoría bastante nueva plantea que suspirar no solo es como un botón de reinicio de nuestros pulmones y la respiración, sin que también de nuestras emociones, que nos hace volver del éxtasis de las emociones grandes, ya sean estas negativas o positivas. 

Entonces, suspirar no solo podría ser un subproducto de nuestras emociones, sino que también podría llegar a inducir sentimientos como el alivio. Lo curioso es que, también existe algo que podría ser considerado al suspirar demasiado. 

Las personas que padecen trastornos de ansiedad pueden llegar a suspirar más que otras, estas pueden estar desestabilizando su respiración al depender demasiado de los poderes calmantes del suspiro. 

Un suspiro no es solo un suspiro. Es una respiración realmente profunda, la cual es definida como una inhalación que es al menos el doble del volumen de una inspiración común. 

La importancia de los suspiros

Ya hemos confirmado que respirar no solo es el intercambio automático de dióxido de carbono y oxígeno, después de todo, la forma en que respiramos se encuentra influenciada por nuestro entorno y nuestras emociones, y viceversa. 

Pensemos en el pánico la ansiedad, los sentimientos de tristeza o el dolor; o el placer, sentirnos enamorados, el alivio: todas estas emociones sin duda pueden influir en nuestra respiración y en nuestros suspiros. 

Son varias las investigaciones sobre que tanto podemos sentir los latidos de nuestro corazón, estas han demostrado que nuestros propios latidos no solo reaccionan a nuestras emociones, sino que también pueden llegar a influir en ellas.

De forma similar, se piensa que los suspiros tienen una relación bidireccional con nuestras emociones: las emociones más intensas pueden llegar liberar suspiros, pero suspirar también puede producir emociones.

Luego de tantos experimentos de laboratorio en torno a los suspiros, se ha desarrollado la hipótesis de que los suspiros son como un botón de reinicio tanto para nuestras emociones como para la respiración. 

Sabemos que nuestra respiración es producida automáticamente, pero también tiene mucha flexibilidad y variación. La respiración de una persona varía mucho dependiendo de lo que estemos haciendo (riendo, corriendo, hablando), de cómo nos sentimos, también de donde nos encontremos y con quien. 

Cuando esta inestabilidad respiratoria se torna demasiado baja o comienza a volverse errática, es donde los suspiros intervienen y presionan este “botón de reinicio”, para poder devolvernos el equilibrio entre la variabilidad respiratoria aleatoria y no aleatoria.

Los suspiros según la psicología

En el lado psicológico, los suspiros juegan un papel secundario, estos nos ayudan a restaurar la calma en el contexto de excitación emocional, durante sentimientos de tristeza o el estrés. Existe un vínculo entre los suspiros y el alivio.

Los suspiros aumentan de forma significativa cuando las personas experimentan una señal de inseguridad, es por esto que los suspiros son asociados tanto con la liberación de la tensión fisiológica como con el alivio autoinformado y los sentimientos de tristeza

Entonces, si un suspiro es una especie de reinicio, tanto emocional como físicamente, ayuda a explicar la dualidad que tienen los suspiros y cómo podemos asociarlos con estrés, emociones negativas, ansiedad y sentimientos de tristeza, al mismo tiempo que son combinados con emociones positivas como alegría, alivio o deseo. 

Aunque ahora esto parezca una paradoja, debemos entender los suspiros más bien como un reinicio emocional. Pueden mantenerse presentes durante cualquier emoción fuerte, sentimientos de tristeza o de alegría, ya sea malo o bueno.

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