Seguramente ya sepáis que las piedras son fuentes energéticas, pero no está de más recordarlo, ya que es muy importante tener en cuenta que esto les convierte en “seres vivos”.
¿Esto qué significa?
Pues que las piedras, siempre serán tus amigos, nunca hay que tratarlos como posesiones, ya que, ese hecho las convertiría en esclavas, y nunca podríamos emplearlas para nuestros propósitos.
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Es muy importante comunicarte con ella, establecer esa conversación de amigos, solicitarle ayuda o plantearle tus intenciones.
Alguno se preguntará, si esto de hablar lo tenemos que hacer con todas aquellas que encontremos en el camino; y la respuesta, es que sólo realizaremos estos rituales con aquellas piedras que puedan servirnos para un fin concreto en un momento específico.
Bien, pero ¿Cómo se programa una piedra?
El ejercicio es muy sencillo. Escoge un momento tranquilo en un sitio tranquilo y prepárate para meditar.
Toma la piedra que quieras cargar y sitúala en el tercer ojo o en nuestra mano de poder, es decir, la mano derecha para aquellos que son diestros y la mano izquierda para los zurdos.
Miramos con amor la piedra y la sentimos, primero sentimos que físicamente está allí, para que posteriormente apreciemos la fuerza y energía que ejerce sobre nosotros.
El siguiente paso sería hacer que nuestra energía fluya hacia ella dando comienzo a la comunicación, y manteniéndolos a la espera de que la piedra nos devuelva su energía.
En este momento, nos encontramos conectados con la piedra, esa amiga que está dispuesta a ayudarnos y lograr así nuestros propósitos.
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Terminado este ritual, es conveniente que la llevemos encima, o ponerla en nuestro altar o estantería, para que así su energía sea irradiada.
Lo que nunca se debe hacer es como ya está programada, la guardo en el cajón, y me olvido de ella; ya que esto haría mermar su energía.
Bien, hemos comentado que hay que establecer comunicación con la piedra, y seguramente muchos os habréis preguntado
¿Esto cómo se hace?
Lo primero que tenemos que hacer es cogerla con la mano de poder, la apreciamos y sentimos y dejamos que nos cuente.
¿Sientes que su energía es cálida o por el contrario, es fría?
¿Es masculina o femenina?
¿Qué te sugiere?
Dejamos que las imágenes vayan creándose en nuestra mente, escucha su historia, su origen, de donde viene, cuáles son sus propiedades, qué tipo de energía irradia, si es de elemento fuego, de tierra, de agua, o de aire; si es una piedra de akhasa (el quinto elemento, el espíritu).
Escucha todo aquello que te quiera mostrar o seamos capaces de entender.
Ahora ya está cargada, pero ¿Y si quiero personalizarla?
Pues este proceso de personalización también es muy sencillo.
Tal y como hemos comentado en el párrafo anterior, es muy importante llevarla encima; así además de que la energía sea irradiada, la estarás personalizando.
También es compatible con la personalización, el ponerla debajo de la almohada a la hora de acostarte, usarla en los rituales o meditaciones.
Con estas acciones, haremos que la piedra absorba nuestra energía, convirtiendo así en una piedra que no sólo te acompaña, sino que forma parte de ti.
Eso sí, esto no lo vas a conseguir con una vez que se haga, es un trabajo asiduo (que no se entienda por trabajo duro, aunque a veces podría llegar a serlo), llegaremos a controlar estos procesos de carga y personalización.
Todo esto lleva una práctica, y cuanto más practica tengamos con este ejercicio más sencillo nos será apreciar cosas.
No nos debemos desanimar si las primeras veces que lo hagamos no somos capaces de sentir o apreciar nada; es normal.
Tal y como se ha comentado, es parte de un proceso de aprendizaje y mucha práctica; y nunca pienses que las primeras veces aunque no veas nada, no estás haciendo nada; sino al contrario, estás creando unas base de algo muy grande.
No desistáis, veréis que experiencia más bonita llegareis a vivir.
Beatriz Delgado
Me es gratificante los temas para mi ser, es lo que buscaba, gracias
Me encanta