Un instrumento musical original de los aborígenes del norte de Australia, el Didgeridoo tiene un antiguo origen que se remonta a una cultura ancestral de ese país y al tiempo de los sueños.
Se trata de un instrumento de viento, no melódico, que emite una vibración profunda y grave que debe ser modulada y dotada de ritmo por quien lo ejecuta. El sonido de la naturaleza y de la Madre Tierra, originalmente fue fabricado utilizando troncos muertos de árboles y por lo general eucaliptos.
Didgeridoo, un instrumento de conexión espiritual
Muchos afirman que es un instrumento de conexión espiritual ya que los aborígenes que lo ejecutaban en el pasado lo utilizaban para acompañar canciones e historias imitando los sonidos de la naturaleza y de animales.
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Existen también cuevas en Australia donde puede verse reflejado en pinturas rupestres por lo que se tiene certeza de que se trata de un instrumento milenario.
Si bien el Didgeridoo nace en Arnhem Land con el tiempo se extiende al norte de Australia y norte de Queensland, llegando en la actualidad a ser un instrumento que es conocido en todo el continente gracias a su mágico y vibrante sonido.
Muchas leyendas se han creado en relación a este instrumento y al sonido peculiar del Didgeridoo en conexión con la creación y con la Madre Tierra.
El nombre Didgeridoo fue el que le asignaron los primeros colonos ingleses a este instrumento musical que según ello su sonido parecía emitir esa palabra cuando era interpretado por los aborígenes australianos que crearon infinidad de canciones que fueron transmitidas de generación en generación.
Usualmente este instrumento musical mide entre 6 y 12 cm. de diámetro una medida que puede variar pero teniendo en cuenta siempre que el largo será determinante de la gravedad de su sonido.
La armonía y el sonido del Didgeridoo
Un tono bajo con una gran variedad de armónicos, el sonido del Didgeridoo es similar al acorde de voz que emiten los monjes tibetanos. Sencillo de tocar, este instrumento tan peculiar no requiere de experiencia musical.
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Sin embargo, la respiración circular es la que permite mantener un sonido de forma ininterrumpida y aportando además notables beneficios ya que varios estudios científicos han demostrado que interpretar el Didgeridoo regularmente mejora el sueño, reduce los ronquidos y hasta disminuye la somnolencia diurna.
Asimismo, permite tener una mayor consciencia de la propia respiración y práctica habitual oxigena y convierte ese momento en un espacio de meditación que serena y despeja la mente, gracias a su sonido hipnótico que tanto puede ser rítmico como relajante.
La vibración especial que emite transmite la energía de la Madre Tierra y ayuda a conectarse con la naturaleza, dos cualidades que hacen que hoy sea un instrumento musical utilizado para la sanación en las sesiones de musicoterapia.
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Conocido popularmente como la “serpiente del arco iris”, el Didgeridoo es considerado un puente entre la tierra y el cielo a través de su sonido que une la consciencia con la energía de la naturaleza y las leyes invisibles.
El característico sonido de este instumento lo convierte en un elemento óptimo para la musicoterapia pues se lo utiliza para guiar sus meditaciones ya que es necesario observar el sistema respiratorio tanto por parte del ejecutante como del que escucha.
Conocido popularmente como la “serpiente del arco iris”, es considerado un puente entre la tierra y el cielo a través de su sonido que une la consciencia con la energía de la naturaleza y las leyes invisibles.
El Didgeridoo, un instrumento que se dice es mágico, tanto ejecutarlo como escuchar su sonido y conocer su historia produce sensaciones únicas siendo en la actualidad una herramienta terapéutica y de meditación.
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