Llega el fin de año y con ello llega el momento de la aceptación; aunque para todo el mundo sea una de las acciones más difíciles, es un ejercicio necesario. Hay muchas cosas que tenemos que aceptar, debemos aceptar nuestros defectos, debemos aceptar nuestros fracasos en cualquier ámbito, debemos aceptar que aunque queramos mucho a una persona con la que la relación no prosperó, esa persona no ha sido la elegida para mi. Debemos de saber aceptar para poder vivir una vida más libre.
Yo os voy a dejar 12 afirmaciones que voy a tener presente durante los últimos segundos del 2017 para así empezar con energía y darle una bienvenida a lo grande al 2018; para decirle al nuevo año que ya aprendí del año anterior y que estoy dispuesta a recibir todo los nuevo que me tiene preparado el nuevo año.
12 uvas, 12 afirmaciones
Con la primera campanada: nada ni nadie me va a detener, yo lo voy a lograr, voy a conseguir cumplir mis propósitos. ¿Por qué no si estoy luchando por ellos?
Con la segunda campanada: por que ya los acepte y de aquel dolor ya solo queda la cicatriz. Porque tengo una gran familia compuesta por unos grandes padres y unos grandes hermanos en los que me puedo apoyar para lograr que esas heridas cicatricen.
Con la tercera campanada: Porque nadie te tiene que impedir ser como eres, porque no tienes que esconderte, porque no tienes que aguantar que se victimen y te hagan sentir culpable para así seguir a su lado. Porque tu vales más que el oro.
Con la cuarta campanada: porque aunque duela, las únicas promesas que tienes que cumplir son las que te hagas tú a tu propio ser. Se honesto contigo mismo, sé coherente y prométete que te querrás y aceptarás tal y como eres.
Con la quinta campanada: Porque ese tipo de gente no te quiere, es gente interesada y no te importe que se alejen de ti. No sientas rencor por ellos, pero no sufras por su comportamiento, son personas que tienen que evolucionar.
En la sexta campanada: porque sois dos personas que aunque habéis compartido parte del trayecto de vuestra vida en el mismo vagón, vuestros billetes no tienen el mismo destino. Podréis seguir manteniendo comunicación, pero no podemos obligar a que sea algo más que una buena relación, es inútil. Debemos aceptarlo y establecer relación con un nuevo compañero de vagón con el que os prometo que viviréis una historia increíble.
Con la séptima campanada: este va un poco unido al adiós realizado en la tercera campanada. Pero es tan importante respetarnos y hacernos respetar que no me canso en repetirlo. Lo malo de estas personas que no respetan o nos anulan, es que tienen gran poder y nos cuesta romper con el cordón umbilical que nos han ido tejiendo sin nosotros darnos cuenta. Son estos momentos en los que la familia más cercana te intenta abrir los ojos, y aunque te duela, porque tu estas ciego, no dudes en hacer caso y cortar ese cordón. Al principio te costará y sentirás que esa persona lo era todo para ti, pero a la larga agradecerás a tus seres queridos, por que lejos de hacerte pequeño, desarrollarás una personalidad fuerte y aceptarás a tu persona.
Con la octava campanada: Di adiós a todo aquello que te atormenta y no te deja avanzar. Di adiós a los miedos e inseguridades. Ábrete al mundo.
Con la novena campanada: porque son los que van a ser fieles a ti. Porque pase lo que pase, ellos serán los que te reciban con los brazos abiertos. Porque son los que mejores consejos te dan, porque te quieren y porque quieren lo mejor para ti.
Décima campanada: Porque yo me lo merezco, porque me merezco vivir nuevas experiencias, porque merezco vivir nuevas relaciones.
Onceava campanada: Porque vuestros consejos me han hecho abrir los ojos, porque estaba ciego y tengo que aceptar que estaba anulado. Porque ahora estoy lleno de energía y me quiero y me valoro.
La doceava campanada: En esta imagen veo una interrogación, ¿me ayudáis y la ponemos entre todos?
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