aguador

¿Eres de las personas que enfoca su atención a sus debilidades, defecto o aspectos negativos? Muchas personas lo hacemos, yo me incluyo, y esto hace que nuestra autoestima se merme; y es por ello que tenemos que hacer un esfuerzo por darle vuelta a la situación, es decir, saber sacar lo positivo de ese aspecto negativo para que vuestra vida cambie.. Os invito a leer la siguiente fábula para entender esto último que os he comentado.

Leyenda de la vasija agrietada

Esta es la historia que ocurrió hace un tiempo en un pueblo lejano de la India. Un portador de agua disponía de dos grandes vasijas que colgaba a cada lado de un palo y que lo apoyaba encima de los hombros para realizar su trabajo de aguador.

Una de las vasijas tenía varias grietas por donde se escapaba el agua, la otra estaba perfecta; así, cuando el aguador finalizaba el recorrido desde el arroyo hasta la casa de su patrona, en la vasija agrietada quedaba únicamente la mitad de agua, la vasija perfecta, conservaba toda el agua al final del recorrido.

Durante varios años y diariamente se repetía lo mismo, la vasija agrietada lograba transportar la mitad de agua, y la vasija perfecta llegaba con el agua cargada en su totalidad. Viendo la situación, la vasija perfecta se sentía orgullosa de su trabajo, pues se veía perfecta para obtener los logros para los que fue hecha. En cambio, la pobre vasija agrietada muchas veces se sentía avergonzada por sus imperfecciones, ya que era consciente que sólo era capaz de transportar la mitad de lo que realmente tenía que llevar. Esto le ponía muy triste y hacía que día a día se sintiese peor, cómo que ella ya no valía para este trabajo.

La tristeza era tal, que un día esta tinaja agrietada decidió hablar con el aguador para comentarle lo que sentía. “Señor, me siento muy avergonzada y necesito pedirte disculpas, ya que debido a mis grietas, tú solo eres capaz de entregar la mitad de mi carga y por mi culpa sólo obtienes la mitad del dinero que deberías recibir”.

Al escuchar sus palabras, el aguador le miró con ojos compasivos y le dijo: ” Me gustaría de corazón que de regreso a casa te fijes en todas las bellísimas flores que han crecido a lo largo del camino”

Y eso es lo que hizo la tinaja. De vuelta a casa se fijo que efectivamente a lo largo del camino habían florecido muchísimas flores, pero esto no le levantaba el ánimo, ya que en su cabeza retumbaba ese sentimiento de culpabilidad.

El aguador, viendo que la tinaja no había entendido el mensaje que le quería transmitir con el hecho de observar las flores, le dijo:

El aguador le dijo entonces. “¿Te has dado cuenta de que las flores solo han crecido a tu lado del recorrido? No tengas ese sentimiento de culpabilidad ni te pienses que ya no sirves para obtener los logros.

Si te soy sincero, siempre he sabido de tus grietas, y por eso he querido sacar la parte positiva de esto, así, lo que hice es sembrar semillas de flores por el lado del camino por donde tú sueles ir.

Cada día, tú has ido regando esas flores y gracias a tu trabajo mira qué flores más maravillosas he sido capaz de recoger.

¿Te das cuenta que si no llegas a ser tal y como eres, con tus grietas, con tus limitaciones, nunca hubiese sido capaz de crear esta maravilla?

¿Crees que la otra tinaja, la que para ti es perfecta no tiene su propia grieta? Pues no pienses así, todos y cada uno de nosotros tenemos nuestras limitaciones, todos somos tinajas agrietadas, pero cada uno de nosotros deberíamos de hacer el ejercicio de aprovechar esas debilidades y convertirlas en fortalezas.

Habiendo leído esta leyenda, creo que todos deberíamos ponernos manos a la obra y buscar la forma de sacar provecho de nuestras grietas.

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