A veces, cuando dejas de intentar salvar a las personas, no les gusta. Te llaman mal@, cruel, te dicen que les abandonas.

En lugar de enfrentar sus propios sentimientos de rechazo, miedo y vergüenza, intentan hacerte sentir culpable. Ell@s arremeten, te culpan de su infelicidad. Quieren el “viejo tú” de vuelta, quieren su fantasía de ti. Quieren a su salvador. No te quieren a ti, quieren el sueño.

La lección más liberadora que jamás aprenderás: nadie puede hacerte feliz. Y no eres responsable de la felicidad de nadie más.

Eres libre. La libertad es tu naturaleza, y siempre lo fue. Entonces, como el sol, brillas. No esperes a que otros brillen. No necesitas una excusa para brillar, simplemente brillas.

  • Tu felicidad no puede venir de fuera. Si es así, entonces se trata de una felicidad dependiente, una felicidad frágil que se convertirá en tristeza muy rápidamente. Y después te verás atrapado en una red de culpa, remordimiento y persecución.
  • Tu felicidad está directamente relacionada con tu presencia, con tu conexión con tu aliento, con tu cuerpo, con la tierra.
  • Tu felicidad no es pequeña, y no puede ser eliminada por el miedo o la ira, o a la más intensa de las vergüenzas.
  • Tu felicidad no es un estado, o una experiencia pasajera, o incluso un sentimiento que los demás puedan darte.
  • Tu felicidad es inmensa, siempre presente, es el espacio ilimitado del corazón, donde la alegría y la tristeza, la felicidad y el aburrimiento, la certeza y la duda, la soledad y la conexión, incluso el miedo y el deseo, pueden moverse como el clima, como la lluvia y el sol, todo acogido en la inmensidad del cielo.

Tú no puedes salvar a nadie, y no puedes ser salvado si buscas quién te salve. No hay ningún yo que salvar, ningún yo que perder, ningún yo que defender, ningún yo que hacer perfecto o inmensamente feliz.

Deja ir cualquier ideal imposible. Eres hermoso en tu imperfección, maravillosamente perfecto en medio de tus dudas; amoroso, incluso en medio de tus sentimientos no amorosos. Todas esas partes han sido dadas, todas son partes de la totalidad, y nunca has sido más que Totalidad.

Estás respirando. Sabes que estás vivo.

Tienes derecho a existir,  a sentir lo que sientes,  a pensar lo que piensas.

Tienes derecho a tu alegría, y derecho a tus tristezas.

Tienes derecho a dudar también.

Tienes derecho a recorrer tu camino.

Tienes derecho a estar en lo correcto, y derecho a equivocarte.

Tienes derecho a esta gigante felicidad que conociste cuando eras pequeño.

No te sientas responsable de todos los soles que aún no han descubierto su propio brillo. Simplemente brillas.

Camina tu camino con coraje y enseña con el ejemplo.

Y si otros están molestos por tu brillo, si te juzgan, si se ponen celosos, si te atacan por no convertirlos en el centro de tu mundo… No te preocupes, todo está bien.
Déjale tiempo… Ese es su trabajo… Ese es su camino, su dolor para procesar y sentir. Les deseas lo mejor. Sientes compasión, tal vez. Pero ya no te pertenecen. Eres libre.

Puedes amar a los demás lo suficiente como para dejarlos ir. Porque el verdadero Amor tiene la fragancia de la libertad, una sensación de inmensidad emocionante.

Jeff Foster

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