Haz lo que te propongas: Fábula del sapo sordo

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Sapo

Alguna vez, cuándo te has decidido hacer algo que tu entorno no comparte e incluso critica negativamente, ¿Te has sentido que vas en contracorriente con el resto? ¿Te has sentido incomprendido e incluso has tenido ganas de abandonar tu sueño y rendirte, volviendo a ser parte del rebaño?

A aquellos que han contestado “sí” a alguna de estas preguntas, les sugerimos que lean la fábula del sapo sordo y deseamos que les sirva como pócima para seguir luchando por sus metas hasta el final.

Fábula del sapo sordo

Erase una vez en el país de los sapos una competición muy famosa. Todo estaba preparado para el día de carrera y el nerviosismo se hacía notar entre los sapos. Por fin llegó el día tan esperado y en el lugar de la salida se concentraron una gran multitud que gritaba eufóricamente: ¡Tres, dos, uno, GO! y por fin se dio el pistoletazo de salida.

Todos los sapos salieron a la carrera y saltaron y saltaron con el objetivo de llegar primero a la meta; pero a mitad del recorrido se encontraron un gran socavón, y los primeros dos sapos cayeron en el profundo hoyo.

Alrededor del hoyo se juntaron los sapos que corrían por detrás, veían cómo los sapos se esforzaban por salir, pero como no creían que pudieran lograrlo, lo único que les gritaban era:

¡Qué pena, pobres sapos! ¡Jamás conseguirán salir, es un agujero muy profundo!

Los dos sapos atrapados seguían intentándolo, pero sus compañeros de arriba les seguían mandando mensajes desalentadores: ¡nunca saldrán de allí, que pena, van a morir injustamente!

Con tanto mensaje negativo uno de los sapos desistió y se dio por vencido, quedándose tristemente arrinconado en una esquina; mientras, el otro sapo seguía intentándolo y además, cada vez lo intentaba con más fuerza. Hasta que en uno de los intentos, el salto fue tal, que consiguió salir del agujero.

Los sapos se quedaron anonadados, pero más sorprendidos se quedaron cuando oyeron al sapo darles las gracias por todos los ánimos que había recibido por parte de ellos.

¿Ánimos?– se preguntaron los sapos, hasta que uno de ellos grito, ¡Este sapito es sordo!- Ohhh! Vamos a animar al otro sapo, seguro que con nuestro apoyo también lo consigue.

Y así lo hicieron, gritaron palabras de ánimo, palabras alentadoras que despertaron al sapo y éste comenzó a saltar de nuevo, hasta el punto que llegó a dar semejante salto que consiguió salir del pozo.

No dejes que personas en cuyo lenguaje habitual se hace dueño lo negativo te quiten la ilusión de trabajar por aquello que tanto ansías.

Recuerda que las palabras tienen un gran poder, por lo que es muy importante trabajar los filtros y ser “sordo” ante aquellas personas que quieren derrumbar tu sueño.

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Nunca te quejes del ambiente o de los que te rodean. Hay quienes en tu mismo ambiente supieron vencer. Las circunstancias son buenas o malas según la voluntad o fortaleza de tu corazón. Pablo Neruda

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