Desarrolla el pensamiento positivo con el Frasco de la Felicidad

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La Técnica del frasco de la felicidad, creado por la filósofa Elsa Punset, es un simple método que sirve tanto para niños como para mayores, ya que el objetivo es desarrollar el tan importante pensamiento positivo y trabajar la motivación, la gratitud el afecto y la Inteligencia Emocional.

Pensar en positivo no es siempre tarea fácil; las distintas pruebas que te pone la vida, los obstáculos a sortear, días que se tuercen y quieres borrarlos de tu calendario…  Sin embargo, numerosos estudios han demostrado que, una actitud positiva puede llegar a cambiar una situación desagradable, incluso esos días que hemos comentado que borrarías del calendario.

Ese pensamiento optimista que te ayuda a crecer y vivir de forma sana y a ser más creativos e independientes.

A menudo, suele decirse que la felicidad es frágil como el cristal. Sin embargo, el cristal bien cuidado, cada día brilla más, y si además lo cubrimos con cariño y dedicación, puede llegar a ser tan fuerte como el mármol.

Cómo prepara el frasco de la Felicidad

Los pasos a seguir para crear el frasco de la felicidad son muy sencillos, y los resultados obtenidos muy gratificantes. Realizar este juego en familia y verás los beneficios que obtendréis.

  1. Prepara un frasco de cristal grande; este será tu frasco de la felicidad. Lo colocarás en un lugar visible de tu casa.
  2. Indica con rotulador o pegando las etiquetas que idees.. es un buen ejercicio para fomentar tu creatividad y hacer el frasco tuyo, ya que en esa decoración seguro que va intrínseca tu identidad: “Frasco de la felicidad: Cada día, escribe en un papel algo que te hizo feliz. Guárdalo en el frasco. Al final del año, lee todas las cosas maravillosas que sucedieron”.frasco de la felicidad
  3. Tal y como indica el frasco, cada día tendrás que escribir lo mejor que te pasó el día anterior y apuntarlo en un papel. Puede ser cualquier cosa que te hizo sentir bien: cosas sencillas, una palabra amable, una sonrisa de una amiga, o algún examen, proyecto, reunión, etc. que te salió mejor de lo esperado, por ejemplo. Al escribirlo, se estará grabando en el cerebro aunque no seamos conscientes de ello. (Algunos ejemplos de frases: “Me encanta cuando sonríes, eres alguien muy especial”, “Gracias por ese detalle que tuviste conmigo ayer, eres muy importante en mi vida”, “Perdona si ayer te hice enfadar, a veces hablo sin pensar y luego me arrepiento. Solo quiero que sepas que eres lo más bonito de mi vida”, “Hoy en el trabajo me he acordado mucho de ti, tenía muchas ganas de volver a casa para verte”).
  4. Una vez escrito, se dobla el papel y se guarda en el frasco.
  5. Aunque en el frasco hayamos escrito, “Al final del año, lee todas las cosas maravillosas que sucedieron”, puedes sacar los papeles cada tres meses, cuando el frasco este lleno o simplemente cuando necesitemos un chute de energía y animo; reflexionando sobre cada u no de ellos

5 beneficios que lograrás con esta técnica

Trabajas la inteligencia emocional: con la cual aprendes a gestionar un poco mejor el mundo de las emociones.

Te interesará leer el siguiente artículo: Educación Emocional: “enséñame a conocer mis emociones y controlarlas”

Recibes un refuerzo positivo que te ayudará a crecer, a madurar. Asimismo, el hecho de que el frasco de la felicidad enfatice “lo positivo” es algo que te concede motivación y seguridad cuando más lo necesitas.

Revalorizas los detalles del día a día: Los pequeños detalles son la base y los cimientos de la felicidad; son actos donde se aprecia el amor, el cariño auténtico y la dedicación de aquel que sabe lo que necesitamos, lo que nos gusta.

Cultivamos la gratitud y tal y como afirman varios estudios, cultivar la gratitud es un modo de mejorar nuestro estado de ánimo y ganar en felicidad. Muchas veces, dentro de una convivencia damos las cosas por sentadas; sin embargo, dando por hecho ciertas acciones logramos que se pierda la magia, e incluso la persona que lleva a cabo esos actos puede sentirse decepcionada e incluso infravalorada. Por esto,  nunca está de más decir un “gracias”, escribirles un “te quiero”, o un “qué haría yo sin ti…”.

Nos centramos en lo positivo, y así dejaremos de dar tanta importancia a aquello que nos trastorna para dar paso a lo bonito, a lo positivo, al optimismo, a lo importante que somos, y recordarnos todo aquello que nos hace ser felices.

La felicidad no es algo ya hecho. Viene de tus propias acciones.-Dalai Lama

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