entrenamiento autógenoUna técnica psicoterapéutica, el “entrenamiento autógeno” se basa en la concentración pasiva y en sensaciones físicas siendo una técnica muy similar a la meditación.

Fue el neurólogo J.H.Schultz quien a partir de 1912 elaboró los principios que regirían el entrenamiento autógeno gracias a las observaciones realizadas en el uso de la hipnosis, algo que dominaba a la perfección y que le permitió fundamentar su método.

Así, el entrenamiento autógeno consiste en generar una transformación general de la persona (sujeto de experimentación) a través de ciertos ejercicios fisiológicos y racionales que permiten obtener idénticos resultados que los que se logran cuando el individuo es sometido a un estado sugestivo auténtico.

Existen en la actualidad otras versiones del método de Schultz denominado como entrenamiento autógeno, pero todas ellas siguen un patrón común que es la utilización de imágenes que se relacionan directamente con las funciones del sistema vegetativo.

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Originado en la hipnosis clínica a través de este entrenamiento es posible llegar a un estado parecido al sueño proporcionando una agradable sensación de tranquilidad que mantiene viva y despierta la vida interior.

Ejercicios del Entrenamiento Autógeno

Existen 6 ejercicios que componen el entrenamiento autógeno y estos son:

  • Ejercicio de pesadez para relajar los músculos.
  • Ejercicio de calor para relajar los vasos sanguíneos.
  • Ejercicio de pulsación para la regulación del corazón.
  • Ejercicio respiratorio para la regulación de la respiración.
  • Regulación abdominal para la regulación de esta zona muscular.
  • Ejercicio de la cabeza para que todo el cuerpo descanse.
Todos estos ejercicios deben hacerse en un espacio que permita cumplir con requisitos mínimos como un ambiente tranquilo alejado de los estímulos exteriores, pero que además se encuentre a una temperatura moderada para facilitar la relajación y también una luz tenue.

Para realizar los ejercicios del entrenamiento autógeno pueden utilizarse 3 tipos de posiciones diferentes:

  • Tendido sobre una cama, brazos y piernas ligeramente abiertos en ángulo y apartados del cuerpo.
  • En un sillón cómodo se utilizan para el ejercicio los brazos y se recomienda utilizar apoyos tanto en la nuca como en los pies.
  • Sentados en una banqueta sin respaldo y utilizando la posición del cochero que es descrita en los ejercicios originales de Schultz.

Asimismo, se recomienda durante la práctica del entrenamiento autógeno repetir las distintas técnicas que ayudan a centrarse en una frase previamente propuesta y también entregarse a la realización de los diferentes ejercicios sin exigirse por el rendimiento sobre todo durante el período de aprendizaje.

Cada sesión de práctica del entrenamiento autógeno debe terminarse de forma adecuada y precisa y haciendo movimientos que incluyen estirar y flexionar los brazos, respirar profundamente y abrir los ojos.

Los ejercicios del entrenamiento autógeno buscan ejercitar la mente de forma voluntaria y así poder influir en el comportamiento del resto del organismo ya que según el creador de este método el cuerpo y los procesos de la mente forman una unidad y por ello el aprendizaje mental puede influir sobre el resto del organismo y viceversa.

Qué se logra con el entrenamiento autógeno

Al realizar el entrenamiento autógeno es posible lograr diferentes respuestas tanto del cuerpo como de la mente:

  • Autotranquilización: Pues se llega a una relajación interna muy similar al sueño.
  • Restablecimiento corporal: Gracias a que se llega a un estado de relajación profunda.
  • Autorregulación de funciones orgánicas: entre ellas cardiocirculatorias, respiratorias y digestivas.
  • Aumento de rendimiento: sobre todo de la concentración y la memoria.
  • Supresión del dolor.
  • Autodeterminación: A través de la formulación de propósitos concretos.
  • Mejorar la capacidad de autodominio y autocrítica.
  • Formulación de propósitos y metas a realizar.

Por último, cabe recordar que el mejor momento para aprender a realizar el entrenamiento autógeno es cuando el estado de salud psíquico, físico y social de la persona es favorable, pues así cuando lleguen los inevitables momentos de adversidad será más fácil afrontarlos.

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