Quizá acostumbraba a mirar al Sol todos los días desde el mismo lugar y, tras registrar durante un año su posición, pudo observar que en su trayectoria dibuja una especie de 8, fenómeno conocido como Analema, y quien sabe si inspiración no sólo para Sócrates sino para los primeros habitantes del planeta.
Lo que podemos afirmar es que el símbolo del Infinito o Lemniscate, está muy presente en nuestros días.
Si como muchos pensamos la casualidad no existe y sí la Causalidad quizá sea un símbolo más de la toma de consciencia de la nueva humanidad.
Podemos observarlo en forma de colgante, de estampados textiles, pulseras, anillos… Ya estés interesado o no en el mundo espiritual para todos representa de alguna manera, la unión, el amor, y lo imperecedero.
Este es el maravilloso poder de los Símbolos, la Unión entre la Consciencia Colectiva y la Individual (muy cercana al símbolo que nos ocupa, por cierto)
¿Acaso no va de todo esto lo que venimos llamando Despertar?
Indudablemente asociado al número 8, si recurrimos a la simbología de este número encontramos que es un símbolo muy presente en diferentes tradiciones y culturas, con un significado equivalente:
- En Oriente encontramos los 8 pétalos de la flor de loto, o los 8 brazos de Visnú.
- Para el cristianismo el 8 representa la Resurrección mientras que para el martinismo es el número de Cristo.
- En Numerología el 8 alude a la Ley Universal de Causa y Efecto que nos dice “ A toda acción le corresponde una reacción en el mismo sentido y con la misma intensidad”
- En el Tarot, representado en la carta de LA FUERZA nos indica la conquista sobre uno mismo, el empoderamiento de aquel que equilibra sus fuerzas internas enfrentadas.
Símbolos afines:
OUROBOS: Se representa como una serpiente, o un dragón que se muerde la cola (en ocasiones en forma circular y en otras en forma de lemniscate)
Representa la naturaleza cíclica de las cosas y el tiempo, el eterno retorno, y la continuidad de la vida.
Utilizado en antiguas civilizaciones como la Antigua Grecia, en el Antiguo Egipto lo podemos encontrar en la pirámide Unis. También aparece en la mitología nórdica donde se le conoce como Jormundgander.
Pero donde tuvo una mayor trascendencia es en el trabajo de los Alquimistas, para los que representaba la Unidad de todas las cosas materiales y espirituales que cambian su forma en un ciclo eterno de creación y destrucción.
VESSICA PISCIS: Es la figura resultante de la intersección de dos círculos de igual radio que forman un óvalo central, la figura del Pez.
Presente en la mayoría de civilizaciones, utilizado en construcciones de lugares sagrados representa la dualidad o polaridad uniéndose para formar el equilibrio, la intersección del mundo Divino con la Materia.
Lo sagrado femenino y lo sagrado masculino uniéndose y complementándose para dar origen a todo acto creativo.
Este significado se representa habitualmente coloreando la parte izquierda de luz rosada, representativa del divino Femenino, y la parte derecha de luz azulada como representación del Divino Masculino.
Es un símbolo muy utilizado para referirse a Jesús. El óvalo interior se asemeja a la Vulva femenina que representaría el nacimiento de todo lo que ES.
También es el símbolo de la unión de las Almas Gemelas, simbolizando la Unión en el tiempo lineal de las dos partes, de distinta polaridad, que forman una Unidad.
LA ENERGÍA CURATIVA DEL LEMNISCATE:
Podemos encontrar una concatenación de este símbolo en la parte interna del Anillo Atlante (anillo que porta una conjunción de geometrías sagradas que otorgan al poseedor beneficios energéticos y de salud).
Esta cadeneta, sin principio ni fin, del símbolo del infinito otorga un poder multiplicador a su función de extraer la energía negativa que esté bloqueando nuestros meridianos energéticos, y un suministro de energía positiva que restablece su equilibrio y buen funcionamiento.
Podemos trabajar también sin el anillo simplemente dibujando con nuestro dedo índice en el aire, repetidas veces, el lemniscate, comenzando desde el centro y continuando el trazado de forma ascendente hacia la derecha.
Con este ejercicio podemos armonizar situaciones, personas o lugares.
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