La terapia craneosacral se basa en la manipulación de los huesos del cráneo con el objetivo de influir en las actividades musculares en otras partes del cuerpo, siendo un tipo de tratamiento que se realiza desde hace más de cuatro décadas con opiniones a favor y en contra. ¿Quieres saber más?
La terapia craneosacral
Este concepto denominado “craneosacral” se origina a fines del siglo IXX con Andrew Taylor Still seguido por Palmer, un médico que se dedicó a desarrollar el principio quiropráctico y su relación entre la estructura corporal y el sistema nervioso.
La craneosacral es una rama de la osteopatía, ciencia que integra la filosofía, anatomía y fisiología, abarcando así la totalidad del ser vivo. Se trata de un tipo de terapia que busca conectar al individuo consigo mismo pero de forma respetuosa y profunda.
Tanto quiroprácticos como osteópatas postulan en estas disciplinas terapéuticas que la curación es algo inherente al cuerpo y que el terapeuta solo puede contribuir a que eso suceda por medio de manipulaciones que sirvan para aliviar la tensión acumulada en la columna vertebral y otras zonas del cuerpo, basada en cinco principios:
- La fluctuación del líquido cefalorraquídeo.
- El movimiento inherente del sistema de membranas de tensión recíproca.
- La motilidad del sistema nervioso
- La movilidad de los huesos craneales.
- El movimiento involuntario del sacro entre los ilíacos.
Así, el nexo de unión entre salud y sanación sería según esta terapia una acción inherente a eliminar tensiones o interferencias que impiden una función neurológica equilibrada entre el cuerpo y el sistema nervioso central.
Cómo funciona esta terapia
El profesional que realiza la terapia craneosacral ayuda a que el paciente pueda autocorregir sus problemas de salud, por ello también se conoce a los terapeutas cráneo-sacrales como facilitadores.
Esta terapia es suave pero efectiva y segura y puede ser aplicada a personas de todas las edades como complemento de un tratamiento médico o psicológico, mientras que si no existe una patología o dolencia concretas ayuda a eliminar tensiones aumentando la vitalidad corporal.
La terapia craneosacral se aplica a personas que sufren migrañas, dolores de espalda, tensión muscular, problemas articulares, de oído, vista y también aquellos que tienen problemas digestivos; sinusitis y neuralgias faciales, estrés, ansiedad, cansancio crónico o problemas emocionales.
El trabajo de la terapia craneosacral utiliza una técnica denominada “puntos de quietud” (stillpoint) y a través de manipulaciones revitalizantes ayudan a relajar el cuerpo y activar las fuerzas de auto-curación del organismo.
¿Cómo es el tratamiento a seguir?
Para quienes se preguntan cómo funciona esta terapia la explicación es bastante simple, pues con tan solo un leve contacto del terapeuta entrenado es posible percibir las pulsaciones del sistema Cráneo-Sacral que es transmitido a todo el cuerpo a través del llamado “Sistema Fascial” conformado por tejido conectivo.
Cada órgano, músculo y vaso se encuentra envuelto por esta “fascia” y una restricción en ella puede alterar la estructura del cuerpo afectando su funcionamiento.
El trabajo del terapeuta consiste en ayudar al paciente a restablecer ese flujo normal de movimiento, algo que consigue mediante la atenuación o desaparición de las resistencias del sistema craneosacral cuya función vital es la de mantener en óptimas condiciones el medio en el que funciona el Sistema Nervioso Central.
A través de la terapia craneosacral el terapeuta no actúa sobre el cuerpo para modificar el desequilibrio sino que sigue las señales del mismo que le indican cómo debe proceder.
Tal y como sucede con otras terapias alternativas, muchas personas se preguntan si la craneosacral realmente funciona, existiendo un importante número de informes que hacen referencia a casos en los que su utilización ha sido exitosa pero siempre después del tratamiento médico convencional y llevada a cabo por un terapeuta reconocido, siendo en su mayoría quiroprácticos u osteópatas.
Un tratamiento de terapia craneosacral lleva varias sesiones para ser efectivo, ya que es poco probable que el paciente pueda experimentar una mejoría después de un par de sesiones.
La recomendación es realizar entre dos y tres sesiones semanales durante un mes como mínimo para experimentar los efectos beneficiosos de la terapia craneosacral, que siempre debe tomarse como un tipo de medicina complementaria y no alternativa.
Según sus seguidores esta terapia craneosacral, que consiste en aplicar una leve presión con las manos, pone en funcionamiento los procesos naturales de curación del cuerpo y de una gama de trastornos clínicos vinculados directamente con diferentes cuadros clínicos y con el dolor.
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