29 palabras del abecedario para alcanzar la iluminación >> El antídoto contra [todo sufrimiento]

La Iluminación es el antídoto contra el sufrimiento, entendido este como una distorsión producida por nuestras mentes, por nuestros egos, que al no reconocer la verdad sobre la naturaleza del Universo y del mismo ser humano, perturba nuestra paz mental y con ello nuestra experiencia en la Tierra.

Os proponemos un glosario de palabras clave, para iluminar nuestras vidas, para conectarnos con los mecanismos auténticos de las leyes universales, con nuestra propia esencia, para alcanzar la plenitud logrando nuestra mejor versión mundanal, algo que solo podremos conseguir cultivando nuestra parte espiritual.

AMOR INCONDICIONAL: Un concepto tan sencillo de definir como complicado de desarrollar, amar a todos, a todo, sin condición alguna, sin juicio alguno, sin expectativa alguna…

Amar es una actitud que depende únicamente de nosotros, de la misma manera que un faro proyecta su luz sin importarle que puedan ser piratas quienes la utilicen, nuestra capacidad de emitir amor no puede verse empañada por las actitudes de quienes la reciban.

BENDICIÓN:  Bendecir es utilizar el verbo para proyectar bondad, buenas intenciones, buenos sentimientos.

Bendecir es asumir que poseemos el poder de enriquecer todo aquello en lo que ponemos una intención positiva.

COMPASIÓN: La compasión es el “acompañamiento durante la pasión de sufrimiento, del otro o de nosotros mismos, en un intento de trascenderlo una vez acunado y mimado”.

La compasión nos ablanda, nos aparta de la mente porque reside en el corazón.

CHAKRAS:  El conocimiento y cuidado de nuestro sistema energético es fundamental para una vida plena y equilibrada en todos los niveles de nuestra existencia, tanto nuestras necesidades más básicas y primarias como las más elevadas sólo serán satisfechas si nos ocupamos del buen mantenimiento y funcionamiento de nuestros chakras.

DESAPEGO: El budismo lo tiene claro, todo sufrimiento parte de la no aceptación de que todo es impermanente, son nuestros apegos, la lucha por mantener o por lograr algo que va contra la propia naturaleza de la vida.

ECUANIMIDAD: Es imparcialidad, respuesta proporcionada, medio justo, ánimo estable ante las vicisitudes o adversidades, mente firme e imperturbable ante el elogio o el insulto, la ganancia o la pérdida, lo agradable y lo desagradable, pero no es una práctica desde la frialdad de la mente, sino desde el calor del corazón, es una de las expresiones del amor incondicional, permitir que las cosas sean como son sin que ello nos saque de nuestro centro.

FUEGO: Es imprescindible activar y cuidar nuestro fuego interno, nuestro poder personal, nuestra capacidad de crear, de iluminar, de calentar y transformar.

GOZO: El gozo va más allá del disfrute, el gozo aparece cuando aquello que nos hace disfrutar viene según la Biblia del Espíritu Santo, lo que en una espiritualidad más laica podríamos decir de nuestra propia esencia divina, y si viene de nuestra esencia, sólo puede venir del amor.

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HUMILDAD: Humildad para no olvidar en ningún circunstancia que no somos más ni menos que nadie, ni más listos, ni más espirituales, ni más buenos, ni menos tampoco.

Entender que todos estamos haciendo nuestro camino tan bien como sabemos hacerlo.

INTENCIÓN CONSCIENTE: Aplicar en cada acto nuestra intención consciente es salir del piloto automático, y a la vez, reconocer ese fuego interno, esa capacidad creadora, ese poder innato de cocrear la realidad que deseamos vivir, y si lo que deseamos es vivir iluminados, pongamos luz en cada acto, pongamos la intención en la acción.

JÚBILO: El júbilo es la expresión intensa de una profunda alegría. Con ello no sólo conectamos con nuestro sistema emocional sino que inundamos el ambiente con una energía de altísima vibración que se hace eco en todos los presentes.

KUNDALINI: Energía espiritual que permanece dormida hasta que es activada por el trabajo de crecimiento espiritual.

Activar la Kundalini sin los conocimientos o guías adecuados puede ser perjudicial, pero en el camino del despertar, de la Iluminación, llega un momento en que es preciso activarla.

LIBERACIÓN DE LA IDENTIFICACIÓN CON EL EGO:  El Ego es sólo la máscara que hemos creado ante la falsa premisa de que alguien puede dañarnos, recuperar nuestra Esencia, nuestro auténtico poder personal que viene del amor y no del miedo, es el primer paso para liberarnos de la identificación con el Ego.

LLAMADO: Escuchar nuestra intuición, nuestro propio llamado, nuestra vocación y seguirlo siempre se traduce en una vida plena.

MEDITACIÓN:  Se dice que Orar es hablarle a la divinidad mientras que meditar es escuchar las respuestas.

No podemos escuchar las respuestas de nuestra propia divinidad, de nuestra propia esencia en medio del ruido egoico que la mente produce.

NIÑO INTERNO: El niño que un día fuimos en la época en la que más asociados estábamos con nuestra esencia, carecía de los recursos para hacer frente a un mundo adulto que había olvidado el amor incondicional.

Esas heridas permanecen en nosotros condicionándonos hasta que con los recursos que ahora sí tenemos, nos dedicamos a sanarnos.

ÑEQUE: Fuerza, vigor, necesarios para levantarnos las veces que haga falta en este caminar por senderos a veces pedregosos, que nos permiten realizar tantos aprendizajes.

OFRENDA: Establecernos el flujo divino de dar y recibir con alegría, es sintonizar con la ley de la abundancia, con la prosperidad, con el merecimiento.

PERDÓN: El auténtico perdón llega cuando verdaderamente se ha asumido que no hay nada que perdonar, nadie a quien perdonar, pero mientras tanto perdonar nuestros errores y los de los demás es ir alcanzando ese estado de sabiduría en el que la auténtica verdad sale a la luz.

QUIETUD: Para vivir el aquí y ahora que es lo único que existe, para estar presente, para reverenciar la maravillosa vida que se extiende ante nosotros y honrar nuestra capacidad humana para percibirla y vivenciarla a través de nuestros sentidos.

RENOVACIÓN: De creencias, de paradigmas, de vida. Fluir con el cambio, con la evolución, con nuestro propio crecimiento.

SINCERIDAD: Con nosotros mismos y con los demás, no negarnos nuestra verdad, nuestras emociones, nuestros pensamientos, sino examinarlos, desde la postura del observador que no juzga, que comprende…

Examinar si es la voz del ego y trabajar en ello o si es la de nuestra esencia y entonces actuar de acorde a ella.

TIERRA: Algo que a menudo se olvida o menosprecia en el sendero espiritual, no podemos llevar una vida plena si renunciamos a la tierra, a lo material, a la materialización y fructificación que nos alimenta y nos cobija.

UNIDAD:  Nuestra verdadera experiencia humana debería ser un viaje de redescubrimiento de la Unidad que ya somos y hemos olvidado, un viaje a la unidad de nuestras partes, a la unidad con nuestros hermanos, a la unidad con lo divino.

VIBRACIÓN:  Todo es vibración, conocer la frecuencia vibratoria de nuestros actos, de nuestras emociones, de nuestras palabras y pensamientos, y entender que la ley de atracción entre vibraciones similares está operando continuamente, nos permite llevar una vida iluminada.

WALKIE-TALKIE:  Un walkie-talkie sintonizado con nuestra esencia siempre encendido es contar con un mapa donde encontrar nuestro propósito y las personas o circunstancias que nos conducen a él.

XOCHIQUETZALLI:  Diosa nahua del amor, de las flores y del arte. Existen en culturas milenarias cientos de Deidades, cientos de mitos que nos invitan a salir de dogmatismos, de mi verdad frente a tu verdad, abramos nuestros horizontes y reconozcamos que la divinidad tiene al menos tantas caras como habitantes ha habido en este planeta.

YO SUPERIOR: El YO SUPERIOR es la parte de ti que permanece en un plano espiritual más elevado, el que contiene todas las respuestas, todas las memorias de otras experiencias pasadas, el que, si se lo permitimos y nos mantenemos atentos a nuestros walkies, nos guía en esta nueva encarnación.

ZAHORÍ: Persona que tiene la capacidad de ver lo que está oculto, la persona despierta, la persona iluminada, siempre ve más allá de las máscaras del Ego.